La Superliga no arrancaría si no cuenta con la aprobación de la UEFA para poder ponerla en marcha. Así lo admite Bernd Reichart, el CEO de A22 Sports Management, la consultora que lidera el proyecto de la Superliga ideado por Florentino Pérez. En una entrevista publicada por ‘El País’ este pasado fin de semana, Reichart, reconoce que necesitan solicitar autorización a la UEFA para lanzar este proyecto, tal y como indica el TJUE en su dictamen: “Siempre se va a cumplir con el procedimiento. Estamos vinculados desde la Unión Europea a las leyes de la Unión Europea…vamos a cumplir con eso a rajatabla".
Sin embargo, Reichart también afirmó que presentarán una nueva demanda contra la UEFA solicitando que el juzgado de lo mercantil de Madrid anule el reglamento de la máxima autoridad del fútbol europeo que ha respaldado la sentencia del pasado jueves 21 de diciembre del TJUE. No obstante, tal y como recoge el medio Iusport, esta nueva demanda no tendría que pasar por el TJUE, ya que, con la doctrina establecida en este caso, sería competencia de la justicia española.
Un asunto que podría llegar al Tribunal Supremo español y, en última instancia, al TGUE (Tribunal General de la UE). Además, este mismo medio destaca que el proceso judicial iniciado en 2021 por el Juzgado de lo Mercantil número 17 de Madrid, se ha quedado sin objeto en la causa, por lo que probablemente el juzgado apostará por archivarla.
La puesta en marcha de la Superliga, si llegase a superar todos los procedimientos judiciales y contase con el visto bueno de la UEFA, podría suponer para la mayoría de los clubes españoles una pérdida del 55% de sus ingresos, mientras que el Real Madrid y FC Barcelona mantendrían su capacidad comercial y generarían ingresos que superarían los 400 millones de euros. Una situación que se trasladaría en mayor o menor medida también al resto de ligas y clubes del continente europeo, que verían mermados los ingresos de los clubes más modestos en beneficio de las élites del fútbol europeo.
Televisión
Después del anuncio de la sentencia del TJUE, Reichart anunció que los partidos de la Superliga se podrían ver de forma gratuita en una plataforma de streaming – también llamada OTT – bajo el nombre de Unify, y que se financiaría la competición a través de publicidad. Una afirmación que ha causado revuelo y dejado muchas incógnitas, dado que afectaría de lleno a los principales operadores de televisión de todo el continente.
Entre las dudas surgidas y no aclaradas todavía por A22 es la fórmula por la que se pagarían los derechos televisivos acordados por los clubes fundadores de la Superliga, que, de acuerdo con lo comunicado en el momento del lanzamiento del proyecto, supondrían un 20% de los aproximadamente 4.000 millones que ingresarían los equipos.
Tampoco queda claro cómo se realizaría el pago del 8% que se comprometieron a ceder al fondo solidario para compensar al resto del fútbol europeo. Por tanto, las dudas sobre Superliga siguen sin aclararse mientras que el fútbol europeo mantiene su posición en contra de esta nueva competición.