El río Sena vuelve a ser noticia una vez más en estos Juegos Olímpicos 2024, siempre a causa de alguna polémica. Los entrenamientos de triatlón que había programados para este domingo en el río han quedado suspendidos por la mala calidad del agua y los altos niveles de contaminación. La federación internacional de triatlón ha acordado con la organización y las autoridades locales que lo más adecuado era no correr ningún riesgo y anular las sesiones de hoy.
Según han comunicado, los "niveles de agua no presentaban las garantías suficientes" y han considerado que no era seguro para los atletas entrenar en estas condiciones. Las lluvias del viernes y sábado han alterado las aguas del río y la tasa de colibacil y de enterococos, bacterias que se vigilan a la hora de controlar la calidad del agua, no es la que se esperaba.
Mucha inversión mediática y económica
El pasado 17 de julio, la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, quiso demostrar al mundo que no había ningún problema con el Sena bañándose delante de las cámaras y las decenas de periodistas que cubrieron el acontecimiento. Poco después, ella misma reconoció que las aguas no cumplían las condiciones necesarias, pero que trabajarían para tenerlas a punto para las pruebas que se tienen que disputar.
Desde el 2016, cuando ya se sabía que París organizaría los Juegos Olímpicos 2024, las administraciones francesas han invertido hasta 1.400 millones de euros para mejorar la calidad del agua. Sin embargo, los resultados no son nada positivos y todavía no hay ninguna garantía de que las pruebas se puedan realizar en el Sena. La organización, incluso, ha empezado a buscar alternativas.
Las pruebas todavía no tienen fecha ni lugar
Los acontecimientos que tienen que tener lugar en el río son las pruebas de natación de los triatlones, tanto el masculino como el femenino, el próximo martes 30 de julio. Para el día 5 de agosto hay programado el relevo mixto y el maratón de aguas abiertas femenino; el masculino también se tendría que disputar en el Sena el próximo miércoles. A estas alturas, sin ni siquiera poder entrenar, parece casi imposible que las competiciones se realicen cómo están previstas.
La proximidad de las pruebas pone muchos nervios a la administración de los Juegos. Tienen que tomar una decisión en las próximas horas y, de momento, se contemplan diversos posibles escenarios. Esperar que las condiciones del Sena mejoren y mantener las carreras donde y cuando les toca; retrasar las disciplinas con la esperanza de que la calidad del agua no sea peligrosa; o trasladar las pruebas al mar. Uno de estos tres escenarios será el bueno, esperan, pero también hay una cuarta opción que causaría mucha polémica: reducir la prueba de triatlón a un biatlón, sin natación. Sería la primera edición sin la prueba desde Sidney 2000.