El partido de vuelta de los cuartos de final de la Champions League en Dortmund sirvió para que el Barça certificara su pase a semifinales, pero también para que Hansi Flick tomara nota de ciertos comportamientos y actitudes dentro del campo. Uno de los señalados fue Lamine Yamal, que vivió una noche gris tanto con balón como sin él. Y su falta de implicación no pasó desapercibida para el técnico alemán.
Con solo 17 años, Lamine ha asumido una responsabilidad inmensa esta temporada, convirtiéndose en titular habitual y en uno de los jugadores más desequilibrantes del equipo. Pero en partidos de alta exigencia como el del Signal Iduna Park, los detalles marcan la diferencia. Y el joven extremo no estuvo a la altura.
El que menos corrió del Barça
Según los datos internos del cuerpo técnico, Lamine Yamal fue el jugador que menos kilómetros recorrió de todo el once inicial (solo por delante de Szczesny). Algo que sorprendió —y molestó— a Flick, que ya venía insistiendo en la importancia de la presión alta y el trabajo sin balón para sostener al equipo en este tramo de la temporada.

El Barça perdió 3-1 en Dortmund, y aunque el global de la eliminatoria le dio la clasificación, la imagen dejada en Alemania fue preocupante. Y parte de esa sensación negativa la provocó la pasividad defensiva de Lamine, que no ayudó en la recuperación ni fue agresivo en las transiciones.
Sustitución con mensaje incluido
Flick no dudó en actuar. Lamine fue sustituido en la segunda parte, y aunque no hubo gestos públicos de reprimenda, el mensaje fue claro y directo en el vestuario: aquí se juega con y sin balón, y el esfuerzo no se negocia. Más aún en unos cuartos de final de Champions, donde cada metro importa.
El técnico alemán, que ha apostado fuerte por el joven extremo desde su llegada, quiso frenar cualquier atisbo de relajación. Sabe que Lamine tiene talento de sobra para marcar una era en el club, pero también entiende que a su edad es fácil perder el foco. Por eso, el toque de atención llegó a tiempo, con el objetivo de encauzarlo antes de que el Barça se enfrente a rivales aún más exigentes en semifinales.
El vestuario también lo nota
Dentro del vestuario, el tema no ha pasado desapercibido. Varios veteranos consideran que Lamine debe seguir aprendiendo, pero sin creerse aún una estrella.

Además, el Barça necesita a todos al 100% física y mentalmente si quiere pelear por los grandes objetivos que le quedan. Y aunque nadie duda de la calidad de Lamine, hay consenso en que debe comprometerse más cuando el balón no está en sus pies.
Una lección para crecer
Flick no quiere castigar ni poner en duda el potencial de Lamine, pero sí marcar límites. A sus 17 años, el extremo está aprendiendo a marchas forzadas lo que significa jugar en la élite. Partidos como el de Dortmund son lecciones valiosas para su formación, y si las asimila, saldrá más fuerte.
El Barça celebra su pase a semifinales, pero el camino que queda será aún más duro. Y Flick ha dejado claro que solo jugarán los que estén dispuestos a vaciarse. Lamine Yamal lo ha entendido: talento sí, pero con compromiso y sacrificio.