Este año más que nunca será el Tour de Francia del ciclista más completo. Ni excesivas etapas de alta montaña, ni demasiado finales imposibles, ni unas contrarrelojes infinitas. Este 2017 será el turno de ver al ciclista que mejor se adapta a todos los terrenos y sabe soportar los cambios constantes, pero siempre exigentes.

Para empezar, una contrarreloj, y antes de acabar otra de definitiva. La competición individual será decisiva para empezar bien y también para acabar de definir las últimas diferencias. El día 1 de julio, por Dusseldorf, los primeros 14 kilómetros serán contra el cronómetro. Y en la vigésima etapa, la penúltima del Tour, habrá 22,5 kilómetros de gran tensión por las calles de Marsella.

Aparte de las nueve jornadas que se dejarán para los sprinters y las aventuras con escapadas en terreno plano, las contrarrelojes no serán las etapas que lo decidirán todo. La alta montaña será nuevamente decisiva y las cinco etapas más duras volverán a ser subiendo puertos de primera, segunda, tercera y de categoría especial. Y en todo eso, siempre se tiene que estar atento a las sorpresas en las jornadas de media montaña. Precisamente se esperan cinco días que el perfil refleja la posibilidad de una etapa exigente, pero sin ser con grandes ascensiones.

La etapa reina

El día más esperado será el 19 de julio. La 17ª etapa transcurrirá entre Le Mure y Serre-Chevalier con un total de 183 kilómetros de distancia. Gran parte de ellos serán con pendientes considerables y la ascensión de puertos míticos de la historia del Tour de Francia.

Cuatro puertos con uno de segunda categoría, uno de primera y dos especiales, por acabar en un descenso que puede ser trepidante. En la decimoséptima jornada sobre la bicicleta se subirán el alto de Ornon, la Croix de Fer, el Télégraphe y el Galibier. 52,7 kilómetros de los 183 totales, subiendo cuatro puertos y casi el 30% de la etapa mirando hacia arriba.

Pero en ningún momento se tiene que dejar de lado la etapa 18, que puede ser definitiva. 179,5 kilómetros y otra de las jornadas complicadas con el ascenso de tres puertos de montaña, entre los cuales están el alto de Vars (1ª) y el Izoard (categoría especial) para acabar en alto.

Este 2017 se vivirá un Tour de Francia muy equilibrado, pero muy exigente y con jornadas maratonianas capaces de provocar estragos al pelotón. Dos días de descanso volverán a ser poco por más de tres semanas de altísima tensión que acabarán el 23 de julio a los Campos Elíseos de París.