Miércoles frenético en las oficinas del FC Barcelona. Y es que tras unos días de impasse, las noticias se han empezado a precipitar.
Y es que justo en el momento en el que ha trascendido que la renovación de Leo Messi por el Barça, para los próximos 5 años, es inminente, también se ha sabido que uno de los rumores que más fuerza había cogido en los últimos días, que el club blaugrana y el Atlético de Madrid estaban contemplando un trueque entre Griezmann y Saúl, está a punto de concretarse.
La noticia, adelantada por Mundo Deportivo, ha sido confirmada por El Partidazo de la COPE, que añade que el acuerdo es inminente.
La obligada salida de Griezmann
Hace ya semanas que la dirección deportiva del Barça decidió que la salida de Griezmann era obligatoria, una sensación que se acrecentó tras la lesión de Dembélé. Con una masa salarial por las nubes, el adiós de Griezmann calmaría las aguas, facilitando la continuidad de Messi y la inscripción del resto de fichajes.
Es entonces cuando aparece el Atlético de Madrid, que tras el exitoso fichaje de Luis Suárez vio como se abría de nuevo la puerta a fichar a una estrella del Barça, y sabiendo que tiene todos los números de ser un acierto, pues Griezmann nunca ha rendido tan bien como estando a las órdenes de Simeone.
En un principio, la opción no gustó al Barça, que prefería traspasar a Griezmann a otra Liga y no reforzar todavía más al actual campeón de Liga. El PSG, el Manchester United y el City desestimaron el fichaje, por caro, mientras que el Chelsea solo contemplaba una cesión.
El encaje de un puzzle complicado
Por otro lado, la dirección deportiva del Barça tenía otra tarea, la de fichar a un centrocampista versátil, capaz de desgastarse físicamente y, al mismo tiempo, de encajar en el estilo del equipo. El elegido, Wijnaldum, prefirió el dinero del PSG, por lo que saltó a la palestra el nombre de Saúl Ñíguez, un jugador que hace unos años estuvo a punto de fichar por el Barça.
Y fue entonces cuando surgió la opción del trueque. Saúl Ñíguez está valorado entre 60 y 70 millones, más o menos lo que al Barça le queda por amortizar del fichaje de Griezmann, por lo que contablemente el intercambio sería una gran noticia para las arcas blaugrana.
La operación, pues, contenta a todas las partes, pues Griezmann vuelve al club donde se hizo estrella, Simeone logra un delantero de su agrado, Koeman tiene al medio que quería, el Barça ordena en parte las cuentas y la masa salarial se reduce, facilitando la continuidad de Messi.