Empate sin goles en el Clásico más eclipsado de los últimos tiempos (0-0). Ni el Barça ni el Real Madrid han merecido ganar un duelo que ha estado protagonizado por el Tsunami Democràtic y que ha dejado al fútbol en un segundo término. Y tampoco ha servido para decantar el liderato de la Liga Santander, que sigue con los dos conjuntos empatando en cabeza.

Sin ritmo

Clásico frío, que ha tenido un ritmo decreciente y que ha acabado de arrancar. El Barça, con un once con Rakitic consolidado y sin Busquets, ha plateado un partido muy físico a un Madrid que también ha salido con todo lo que tenía y un medio del campo con cuatro jugadores. La polivalencia de Sergi Roberto ha sido eficiente en torno al círculo central pero se han echado de menos los laterales profundos.

Todo el mundo pendiente del Tsunami Democràtic e, incluso, parecía como si los futbolistas también estuvieran en alerta. El primer disparo a portería del partido ha sido de Benzema en el minuto 10. Y ha sido uno de los pocos que ha habido durante los primeros compases de juego. Después Piqué ha tenido que salvar bajo palos un cabezazo de Casemiro. Este era el ritmo del partido.

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Como es habitual, cuando Messi conectaba con la pelota, el partido se aceleraba, pero han sido caras de ver sus intervenciones. Una conexión entre el capitán blaugrana y Jordi Alba justo antes del descanso ha sido la mejor ocasión de un Barça que le ha costado encontrar contundencia. En los primeros pobres 45 minutos se ha visto como un Camp Nou reactivo no sabía trasladar su fuerza a los futbolistas.

El gol, anulado

Pero la tónica ha continuado igual. El Clásico ha sido descafeinado porque el Madrid proponía sin tener argumentos y el Barça buscaba el contragolpe sin tener el nervio necesario. Messi, Luis Suárez y Griezmann han estado muy solos arriba y ningún compañero los ha encontrado con facilidad. El Barça ha estado más retrasado de posición de lo que es habitual y sólo cuando cogían al Madrid descolocado podían hacer daño en velocidad.

Pero quien más peligro ha tenido ha sido el conjunto de Zinedine Zidane. Cada jugada ofensiva del Madrid acababa con un centro lateral o con algún disparo peligroso. Un buen Ter Stegen y el desacierto del conjunto blanco en los metros finales ha ayudado al Barça a no quedar señalado en más de una ocasión.

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Un gol bien anulado a Bale en el minuto 73 ha sido seguramente lo más destacado de un partido que no parecía un Clásico. No la ha ni salvado la reivindicación del Tsunami en el minuto 10 de la segunda parte, cuando varios balones amarillos han caído sobre el césped y se ha tenido que detener el partido unos minutos.

Este marcador de empate a nada ha dejado igual que estaba la clasificación de la Liga, con empate entre los dos conjuntos en el liderato. Y después de diecisiete años se ha repetido un Clásico sin goles. No pasará a la historia.