El FC Barcelona tiene a Marcus Rashford en su radar, aprovechando la aparente pérdida de protagonismo del inglés en el Manchester United desde la llegada de Ruben Amorim al banquillo hace poco más de un mes. Sin embargo, las dudas económicas del club catalán han frenado de momento cualquier movimiento, mientras sopesan si actuar en este mercado de invierno o esperar al verano. La clave podría estar en Unai Emery y su interés en Andreas Christensen, ya que el Aston Villa estaría dispuesto a desembolsar cerca de 20 millones de euros por el central danés, una cifra que permitiría al Barça desbloquear la operación Rashford.
El Barça, gracias a la nueva regla del 1:1, tiene cierta libertad financiera para fichar, pero todavía necesita ingresos adicionales para cuadrar el balance. Vender a Christensen, una pieza importante en la defensa culé, supone un riesgo, pero podría ser la vía más directa para incorporar al atacante inglés, que aportaría la pólvora necesaria al equipo de Hansi Flick.
Rashford, una oportunidad única para reforzar el ataque
La posible llegada de Rashford al Barça genera grandes expectativas entre los aficionados azulgranas. Con 27 años y en plena madurez futbolística, el delantero británico es un perfil que encaja perfectamente en las necesidades ofensivas del conjunto culé. Su velocidad, habilidad para jugar en diferentes posiciones del ataque y su experiencia en competiciones europeas lo convierten en un activo de gran valor.
Sin embargo, su situación en el Manchester United ha cambiado radicalmente con la llegada de Ruben Amorim, quien parece haber relegado a Rashford a un rol secundario. Esta pérdida de protagonismo ha despertado el interés de varios clubes europeos, incluido el Barça, que ve en él una oportunidad única de mercado. Pero para concretar el fichaje, será clave generar ingresos inmediatos, algo que la venta de Christensen podría garantizar.
¿Debería el Barça vender a Christensen?
El interés del Aston Villa de Unai Emery por Andreas Christensen pone al Barça en una encrucijada. El central danés, que llegó al club en el verano de 2022 como agente libre, se ha consolidado como un jugador fiable en el eje de la defensa. Su salida representaría una pérdida importante desde el punto de vista deportivo, pero su traspaso por 20 millones de euros supondría una inyección económica clave para desbloquear la llegada de Rashford.
Con la regla del 1:1, el Barça podría reinvertir directamente esa cantidad en el fichaje del atacante inglés. No obstante, el club también debe valorar si puede permitirse perder a un defensor de las garantías de Christensen en plena temporada, especialmente considerando las lesiones recurrentes de jugadores como Eric García o Araújo.
El Barça tiene hasta el 31 de enero para decidir si acepta la oferta de Emery y utiliza esos fondos para ir a por Rashford en este mercado de invierno, o si pospone la operación hasta el verano. La decisión no será fácil, pero podría marcar un antes y un después en la temporada azulgrana.