Usian Bolt deja el atletismo y lo hace como el mayor. Bolt y su equipo han hecho el mejor tiempo esta madrugada en la prueba de 4x100 relevos y el jamaicano consigue así sumar su tercera medalla de oro en estos Juegos de Río de Janeiro. En los últimos tres Juegos (Pekín, Londres y Río), Bolt no conoce nada más que la victoria. El sprinter más grande de la historia cuelga las bambas de clavos con nueve oros y una triple-triple corona.
Jamaica, con un Bolt muy motivado para correr el último relevo, ha conseguido el tercer oro consecutivo en el relevo corto con un tiempo de 37.27 segundos y Estados Unidos, que era uno de los rival a tener en cuenta en un inicio, ha entrado dos centésimas más tarde que Japón (37.60). Los norteamericanos sumaban un bronce que minutos después les seria arrebatado de las manos por una descalificación. La medalla de bronce ha acabado en manos de los canadienses, que han rebajado su récord nacional hasta los 37.64 segundos.
Era el último día de Bolt en una pista y el jamaicano ha querido regalar otra exhibición. Se marcha, sí, pero lo hace por la puerta grande y sin sucesor. Se hace muy difícil pensar que un atleta pueda igualar sus registros y prácticamente imposible que pueda superarle. Con seis carreras en las espaldas en estos Juegos, todas ellas ganadas con solvencia, Bolt no había participado en las series del relevo para guardar fuerzas ante un presunto enfrentamiento con Justin Gatlin en la última posta.
Asafa Powell, Yohan Blake y Nickel Ashmeade han hecho un muy buen trabajo en los primeros 300 metros, dejando a Bolt un metro por delante el norteamericano. La recta del Estadio Olímpico era suya y la gloria la tenía a tocar. Y no ha fallado. El hombre más rápido del mundo ha entrado a meta consciente de que se había convertido en leyenda. Un último espectáculo. El definitivo.