Desde que se vendiera el club a Peter Lim el Valencia ha destacado por su falta de estructura deportiva. Lim llegó bajo el cartel de salvador del club y prometiendo fichajes para hacer un equipo ganador para pelear por la Champions League, además de acabar un estadio que sigue tal y como estaba. Mentiras y más mentiras. A día de hoy, el de Singapur no ha cumplido ninguna de las promesas que en su día hizo y ahora el Valencia se encuentra sumido en una crisis institucional y deportiva, que amenaza a los che con la Segunda División.
Peter Lim hunde al Valencia
De hecho, ya es una realidad, el Valencia está en el farolillo rojo. Unas posiciones de descenso que los de Mestalla no pisaban desde el año 1986, año en que el club bajó a Segunda División por primera y última vez. Los números no acompañan y el equipo, ahora dirigido por Rubén Baraja, está calcando los pasos de aquella fatídica temporada. Es más, el Valencia ha tenido números incluso peores que los del año que descendió.
El único proyecto ganador, aquel de 2019, con Mateu Alemany en la dirección deportiva y Marcelino García en el banquillo que consiguieron ganar una Copa del Rey en el año del centenario, se encargó de cargárselo el propio Peter Lim. Desde entonces todo ha ido de mal en peor. 6 entrenadores desde 2020, 3 esta temporada si contamos a Voro.
A estas alturas de la temporada, este es el tercer peor Valencia de la historia, pero hay más. De las 5 peores temporadas del club, 3 han sido con Peter Lim a los mandos. Más datos, el equipo ha pasado por su segunda peor racha de la historia, logrando tan solo 1 punto en 8 jornadas (solo por detrás de la temporada 1965/66 en la que el equipo consiguió 1 punto en 9 jornadas).
¿Cuál es la solución?
Peter Lim está dejando morir a un histórico de la Liga. No hay fichajes que ayuden a consolidar un buen proyecto que coloque al club donde, por posición histórica, debería estar. De hecho, no hay proyecto. Todo se basa en la relación con Jorge Mendes, que aprovecha su amistad con Lim para realizar traspasos cuanto menos dudosos. Jugadores demasiado jóvenes, algunos cedidos que un año están y al otro no, entrenadores inexpertos, delirios de grandeza del máximo accionista, embustes y un sinfín de horrores que están condenando al Valencia.
Para muchos la solución puede parecer obvia, que Peter Lim venda. Porque parece que ya no va a cumplir con lo prometido, aquello que declaró cuando Amadeo Salvo decidió venderle el club, acabar el estadio. Sin embargo, surge una duda. Si Peter Lim vende, ¿quién asumirá la responsabilidad? Se necesita a alguien que de verdad invierta en el club, que sanee las cuentas y que venga con un proyecto ganador, pero ¿quién?
En declaraciones a la Cope, David Albelda aseguró no haber "conocido una situación deportiva igual que esta", refiriéndose a la crisis institucional y deportiva del equipo del que fuera capitán. La solución no es sencilla y el exvalencianista cree que "adelantaríamos más pidiendo el cambio de la gestión y el modelo de club que el hecho de que vendan", porque para que eso pase "deben existir ofertas" y que ellos "quieran irse".
Mientras tanto, el Valencia sigue a la deriva. Los aficionados han mostrado su malestar en más de una ocasión, exigiendo al magnate singapurense que abandone el barco. Pero todo está en sus manos, el futuro del Valencia depende de una persona que ni está ni se le espera, y al que parece darle igual la situación deportiva del club, porque el Valencia se ha convertido en un juguete roto.