Tres puntos más para el Barça pero ganando por la mínima en Valladolid (0-1). Sin convencer y sufriendo, el gol de Arturo Vidal ha sido suficiente para seguir esperando un milagro por optar a luchar por el título de la Liga Santander.
Un cambio de esquema y un gol
El Barça es una caja de sorpresas. Nueva apuesta y nueva variación de Quique Setién, con Luis Suárez quedándose en el banquillo, y tres centrales. Los blaugrana han jugado con un 3-5-2, con Sergi Roberto incrustándose al lado de Piqué y Lenglet, con Semedo y Jordi Alba de carrileros, y con Arturo Vidal conectando a Riqui Puig y Busquets con Messi y Griezmann.
Y el nuevo matiz ha servido. Al principio. Mejor salida de nalón, circulación más rápida y haciendo bueno a Semedo porque no ha tenido que defender. Y como ya es normal, cuando Messi conectaba con el balón, todo era más fácil.
El Valladolid, obligado a ganar para escaparse de manera casi definitiva del descenso, ha sido atrevido. Y eso les ha perjudicado. Primero porque el Barça con espacios es temible y porque incluso Arturo Vidal se viste de goleador si Messi es el asistente. En el minuto 16 el argentino ha filtrado un pase para el chileno, que ha cruzado la pelota y ha marcado con la ayuda del palo.
El Barça ha dominado y ha tenido las mejores ocasiones. Griezmann podría haber medio sentenciado todavía en la primera parte, pero ni él se cree el semifallo que ha hecho cuando sólo tenía que embocar a gol. Y Kike Pérez ha hecho lo mismo por el Valladolid: ha fallado un gol cantado cuando estaba ante Ter Stegen.
Sufriendo hasta el final
Y han pasado los minutos, el Barça ha cambiado y el partido también. Este Barça no puede aguantar 90 minutos de dominio, y en Pucela ha vuelto a sufrir. También porque el Valladolid ha buscado el empate con un equipo mucho más ofensivo en la segunda mitad. Y el Barça ha perdido combinación después que Luis Suárez entrara en el sitio de Griezmann.
Y sin Riqui Puig y Lenglet, por Rakitic y Araujo, ha llegado la decepción. De la mini ilusión de la primera parte a un Barça derrumbado en la segunda. Partido roto, con problemas defensivos y ofensivamente tocados. Suerte de otro habitual, Ter Stegen, que con sus estirones ha evitado que el club blaugrana pierda definitivamente la última esperanza.
Desde la vuelta a la competición el Barça siempre va de más a menos. Y acaba los partidos sufriendo. Contra el Valladolid, tres puntos más, pero con una victoria por la mínima. Vence pero no convence. Y aún espera un milagro y que el Real Madrid pinche en dos de los tres partidos que le quedan.