La dura derrota del pasado domingo contra el Villarreal ha encendido todas las alarmas en el Barça. Xavi Hernández ha aglutinado con el interés mediático, ya que ha anunciado que se va del equipo al final de la temporada, aunque en el Barça ven con claridad que la pelea ha dejado de ser la lucha por la Liga con el Real Madrid y el Girona, para enfrentarse de tú a tú con el Atlético de Madrid y el Athletic Club, con la 3ª y la 4ª posición en juego.
El gran problema del Barça es que el Athletic Club de Ernesto Valverde está firmando una temporada espectacular, con 42 puntos en 22 partidos, un rendimiento inesperado, como el del Girona, que pone en serias dificultades a los blaugrana. A ello se añade un Atlético de Madrid sólido que, a pesar de no poder seguir el ritmo del Real Madrid y del Girona, está empatado a puntos con el Barça.
Mucho dinero y prestigio en juego
El Barça no se puede permitir el lujo de quedarse fuera de la próxima edición de la Champions League. No quedar entre los dos primeros ya sería una noticia pésima, ya que supondría no participar en la próxima Supercopa de España, que desde que se disputa en Arabia Saudita supone una gran cantidad de dinero. No jugar la Champions, sin embargo, aumentaría, y mucho, el golpe, ya que supone una suma de millones de euros imprescindibles, además de la pérdida de patrocinadores y de la evidente pérdida de prestigio a nivel mundial.
Al Barça, pues, no le queda más remedio que empezar a sumar de 3 en 3 en la Liga, mantener el pulso con el Atlético de Madrid y el Athletic Club, que tienen por delante dos partidos de la Copa del Rey, las semifinales, lo que les podría distraer en el campeonato de la regularidad.
Un calendario terrorífico
Además de la crisis de resultados y de identidad, a lo que se ha añadido el anuncio de Xavi Hernández de que se irá el 30 de junio, al Barça le queda por delante un calendario terrorífico que lo puede complicar todo. Y es que en las 17 jornadas que le quedan por delante, el Barça todavía debe visitar a Real Madrid, Girona, Atlético de Madrid, Athletic Club y Sevilla, 5 desplazamientos de una dificultad máxima en los que estará en juego el billete para la próxima Champions League.
A todo ello se añade que el Barça no está cómodo en el Estadi Lluís Companys, que está a años luz de ser el fortín que habitualmente era el Camp Nou. Aparentemente, el único rival complicado que le queda al Barça en casa es la Real Sociedad, por lo que lo lógico es que el Barça centrara su fortaleza en casa, con partidos teóricamente asequibles. Lo que está en juego es muy importante, mucho más de lo que puede parecer a simple vista.