Wout van Aert gana su tercera etapa de La Vuelta en España 2024. El ciclista belga, destacado maillot verde y uno de los grandes dominadores de la carrera, ha vuelto a ser el más fuerte (y el más inteligente) del pelotón. Él mismo ha formado la fuga en un día que ha empezado a una velocidad trepidante, y no ha bajado el ritmo hasta consolidarla. La buena colaboración de los escapados ha certificado su victoria cuando todavía faltaba un puerto por subir y el del Visma, conocedor que no era el mejor escalador del grupo, ha lanzado su ataque poco antes de empezar el ascenso. Solo Quentin Pacher se ha podido marchar con él, pero el francés no se ha podido ir en solitario cuando la carretera picaba hacia arriba. Y en finales como los de hoy, es muy complicado ganar un mano a mano contra van Aert. Tercer triunfo para el líder de la regularidad, que se ha mostrado muy superior en todo momento. Ben O'Connor se mantiene líder de la general en una jornada en que los favoritos no han luchado demasiado en los últimos kilómetros.

La segunda semana de La Vuelta ha empezado en Galicia. Volando por el río Miño, los ciclistas podían escapar de las temperaturas infernales del sur del país. 160 km entre Ponteareas y Baiona, cerca de Portugal, en el que los corredores tenían que pasar cuatro puertos de montaña (1 de tercera categoría, 2 de segunda y el último de primera), con la meta justo al terminar el último descenso. Una etapa que llamaba a todos los ciclistas que todavía no han podido brillar en esta edición y que podrían intentar un nuevo final lejos de los grandes favoritos.

La lucha para formar la fuga

La jornada de hoy ha empezado como si se tratara de una carrera de Fórmula 1. Después de un día de descanso, La Vuelta volvía a traer una etapa de media montaña, ideal para una fuga. Y todos los equipos lo sabían perfectamente. Con el Alto de Fonfria al inicio, decenas de corredores han acelerado para formar una escapada numerosa, consolidarla antes de coronar el puerto y prácticamente asegurarse la etapa en un grupo menor. Pero el pelotón se ha levantado con ganas de guerra, y guerra ha dado. Han superado la primera hora de carrera a un ritmo vertiginoso y sin una fuga creada, pero con un grupo reducido con poco más de 60 ciclistas entre los favoritos. Una escabechina total. El único grupo que ha conseguido sacar una mínima ventaja ha aparecido cuando ya se habían recorrido más de 50 km.

5 corredores, con el catalán Marc Soler y Wout van Aert como destacados, ha aprovechado la bajada y los kilómetros planos para intentar abrir un agujero. Por detrás, otros pequeños grupos han intentado salir del pelotón, sin éxito. Con el descanso, las temperaturas más suaves y el final ideal para ciclistas explosivos que pasen bien la montaña, varios equipos han decidido que querían un final entre los favoritos, y tenían las fuerzas para hacerlo. Pero los ciclistas de delante eran de gama alta, y la lucha que han ofrecido ha acabado haciendo ceder al pelotón. Han tenido que pasar 80 km a una velocidad altísima, pero, finalmente, se ha formado la fuga. Por delante, un puerto de tercera, uno de segunda y uno de primera. Y por detrás, un segundo grupo reintegrándose al grande. En torno a 100 corredores perseguían a los escapados, pero con mucha más calma que al inicio de la etapa. 20 km después, el grupito ya tenía 6 minutos de margen.

Van Aert, muy superior al resto

Pasado el primero de los puertos encadenados al final de la etapa, nadie ha hecho ningún movimiento importante. Quedaban 50 km al inicio del descenso, y la distancia entre pelotón y fuga se mantenía. Por detrás, el Decathlon, equipo del líder, tenía el control de la situación, pero sin recortar segundos. Después del esfuerzo del inicio, el cansancio empezaba a hacer daño, y todo el mundo quería esperar a las últimas 2 complicaciones montañosas para hacer los primeros ataques. La entrada al Alto de Mabia ha significado un cambio en el gran grupo. El Red Bull de Primož Roglič ha empezado a acelerar, y los minutos han empezado a caer. Sin embargo, cuando todo apuntaba a que la fuga no tendría ninguna opción, el ritmo ha caído en picado. Se empezaban a caer efectivos del pelotón, pero Roglič ha dicho a sus compañeros que bajaran la intensidad, y los segundos han vuelto a subir de nuevo. Han terminado el puerto, han acabado la bajada, y se mantenían los casi 6 minutos de margen. La victoria estaba servida.

A menos de 1 km de empezar el ascenso final al Alto de Mougas, van Aert ha intentado sorprender a sus rivales con un ataque muy duro, sin casi levantarse de la bicicleta. Solo Quentin Pacher ha podido salir a tiempo, y el francés y el belga se han marchado sin mirar atrás. Marc Soler ha quedado a 20 segundos de los líderes, pero sin bajar la cabeza. Y todos sabemos cómo el catalán acaba mejor de lo que empieza. Hoy, sin embargo, no ha sido así. Van Aert no ha aflojado e, incluso, ha estado a punto de acabar la subida en solitario, directo a una nueva victoria. Por detrás, a 22 km para el final, el ritmo ha vuelto a subir, ya sin pensar en la etapa, pero pensando en descolgar a alguno de los favoritos. Pero no ha habido suerte, ni demasiadas ganas.

Los últimos 10 km volvían a ser planos, con alguna subida menor, de camino a la localidad costera de Baiona. El triunfo estaba entre el francés y el belga, y en un sprint así, hay un gran favorito. Y Pacher lo sabe. Por eso ha intentado sorprender con un ataque a falta de 1 km y medio. Pero van Aert ha respondido de manera muy fácil, demostrando una vez más su dominio. Han llegado juntos al final y, sin ningún problema, el Visma ha sido mucho más rápido, con tiempo para celebrar con el público mientras atravesaba la línea de meta. A 2 minutos ha llegado el grupo de Marc Soler, que ha sido tercero, y a 5 minutos, los favoritos, sin diferencias. 3 victorias en 10 etapas para Wout van Aert, que mantiene el maillot verde y todavía tendrá más opciones de aumentar este número.