Minuto 90 en Sheffield. El Leicester, que encadena dos derrotas, no pasa del empate 1-1 contra el Sheffield United, el último clasificado de la Premier League, con solo 1 punto. El incombustible Jamie Vardy se planta solo ante el portero y marca el gol de la victoria, un tanto que le hace enloquecer.
El delantero corre como un loco hasta el córner y se tira con los pies por delante, destrossant el banderín. El problema es que el banderín no lleva los habituales colores del equipo local, sino la bandera arcoiris que simboliza al movimiento LGTB. ¿Ha sido un acto casual o premeditado? Las redes sacan humo.
Una campaña en contra de la homofobia con tradición
Desde hace unos años, a principios de diciembre el fútbol inglés se inunda de banderas arcoiris como lucha contra la homofobia. Es la campaña denominada Rainbow and Laces (arcoiris y cordones). Brazaletes de capitán, cordones de las botas, banderines, videomarcadores de los cuartos árbitros...
Es por ello que con un movimiento tan asentado y conocido por todos, ha resultado muy polémica la celebración de Vardy. Los ríos de tinta solo acaban de empezar a fluir.