La relación entre Vinicius Junior y Kylian Mbappé en el Real Madrid empieza a mostrar signos evidentes de tensión. Tras el segundo tropiezo en LaLiga en apenas tres partidos, el empate 1-1 contra Las Palmas, las miradas se centraron en los dos cracks del equipo. Las cámaras captaron gestos de descontento y cierta frialdad entre ambos jugadores, avivando las dudas sobre si realmente pueden coexistir en el mismo once. Lo que muchos temían con la llegada de Mbappé al club blanco parece estar empezando a cumplirse: tener dos grandes estrellas con fuerte carácter en el mismo vestuario no es tarea fácil.
Las redes sociales se hicieron eco rápidamente del desencuentro entre los dos atacantes. Durante el partido en Las Palmas, apenas hubo pases entre ellos y en varios momentos se les vio gesticulando con desaprobación tras las jugadas. La tensión quedó más patente en el lanzamiento de un penalti a favor del Madrid. Vinicius fue el encargado de ejecutarlo, y a Mbappé, a quien muchos consideran el "crack" mediático del club, se le quedó cara de circunstancias. "A Cristiano Ronaldo nadie le hubiera quitado ese penalti", comentó Guti, leyenda del Real Madrid, avivando aún más las especulaciones sobre el deterioro de la relación entre las dos estrellas.
Este tipo de situaciones empieza a preocupar en el entorno del club. De momento, Mbappé no ha visto puerta en ninguno de los tres partidos de Liga disputados, algo que genera frustración en el francés, acostumbrado a ser el protagonista. Y la escasa conexión entre él y Vinicius se está volviendo un problema para Carlo Ancelotti. El técnico italiano tendrá que manejar con habilidad este conflicto incipiente, especialmente en una temporada donde el Real Madrid no se puede permitir más tropiezos.
Neymar ya lo había advertido en su día. El brasileño, quien compartió vestuario con Mbappé en el PSG y formó un tridente de ensueño junto a Lionel Messi, vivió de cerca las tensiones internas generadas por la necesidad de protagonismo del francés. En varias ocasiones, Neymar insinuó que el problema en París había sido la actitud de Mbappé, demasiado centrado en ser el centro de atención.
En el Real Madrid, la preocupación es evidente. Si bien Ancelotti confía en que la situación se calmará con el tiempo y que ambos jugadores encontrarán la forma de entenderse en el campo, los últimos resultados no ayudan a apaciguar los ánimos. La presión crece y el equipo necesita que sus dos grandes estrellas empiecen a rendir al máximo, tanto individualmente como en conjunto. Si no, esta ‘guerra abierta’ podría tener consecuencias que nadie en el Bernabéu desea enfrentar.