El mundo de los deportes americanos vuelve a alzarse contra el racismo. La madrugada de este miércoles no solo fueron los jugadores de la NBA los que se negaron a jugar a raíz del tiroteo a Jacob Blake por parte de un policía, sino que también lo hicieron las jugadoras de la WNBA.
Ahora bien, en el caso del baloncesto femenino fue la misma WNBA, líder entre ligas americanas en muchas cuestiones de lucha social, la que publicó una fotografía con la palabra "unidas", justo la fotografía que la liga masculina no se atrevió a publicar. Así pues se sumaron a la iniciativa de los jugadores de los Bucks y decidieron boicotear la jornada.
El equipo precursor del boicot fueron las Washington Mystics, que se presentaron en el estadio con camisetas blancas. En las camisetas se podían ver dos potentes detalles. Cada jugadora llevaba una letra del nombre de Jacob Blake y en la espalda se podían ver siete agujeros de bala, los mismos que recibió el joven afroamericano por parte de un policía.
Todavía en la pista, las jugadoras se arrodillaron en medio del campo para denunciar los hechos y solidarizarse con Blake y todas las víctimas de los ataques racistas en los Estados Unidos. Después de eso las jugadoras atendieron a la prensa y aseguraron que esta situación está por encima de ellas y que no son solo jugadoras profesionales, sino que son mucho más, y por lo tanto creen que se tienen que poner manos a la obra para acabar con este racismo endémico que hay en su país.
Además, la jugadora portavoz de las Mystics, Ariel Atkins, puso como ejemplo a un niño pequeño que estaba con las jugadoras y aseguró que su vida importa y que tanto él como todos los ciudadanos necesitan saber que pueden hacer lo que quieran cuando salen de casa sin sufrir por si serán asesinados o no.