La competencia para el eje de la defensa iba a dejarlo sin minutos y Xavi Hernández apostó por abrirle la puerta de salida del FC Barcelona en calidad de cedido. En ese entonces, Eric Garcia puso rumbo a Girona con el objetivo de encontrar "un equipo donde pudiera sentirme importante y donde pudiera mostrar mis cualidades".

En la capital catalana, con Ronald Araujo, Jules Kounde, Iñigo Martínez y Andreas Christensen como teóricos centrales, el de Martorell no tenía lugar, pero en Girona, con la defensa de tres que utiliza Míchel y con la venta de Santi Bueno al Wolverhampton, sobre el papel, parecía haber encontrado su lugar.

Santi Bueno, excentral del Girona y la venta más cara de su historia / Europa Press - Ricardo Larreina

Ni en sueños habría sido mejor

La decisión de Eric tenía todo el sentido del mundo en vista de que la entidad gerundense necesitaba un refuerzo para el eje de la zaga y que a la blaugrana le sobraba un efectivo. Así pues, y aunque fue un acuerdo 'in extremis', Eric Garcia cambió de aires para encarar la temporada 2023/24 en un ecosistema futbolístico igualmente favorable, pero con mucha menos presión.

Sea como sea, aunque Eric Garcia buscaba relanzar su carrera desde Montilivi, ni en sueños habría sido mejor su arranque con el Girona. Titular indiscutible para Míchel, jugando el 72% de los minutos a pesar de haberse perdido algunas citas por molestias musculares, no solo ha vuelto a ser un central a tener en cuenta para el Barça de cara a su futuro, sino que solo le han hecho falta 4 meses para revalorizarse en el mercado.

Eric Garcia, durante un partido con el Girona / Foto: Europa Press

En el Barça se había estancado y algunos errores le habían asignado la fama de central débil físicamente, pero en Girona cubre sus carencias físicas con su amplio abanico de cualidades técnicas que lucen más en un equipo que casi no concede contragolpes y, por lo tanto, casi no tiene que defender hacia atrás.

Eric Garcia, de la escuela de defender hacia delante

En el Barça, Eric Garcia demostraba su nivel cuando tenía que defender presionando en medio del campo y cuando tenía que sacar el balón, pero a la hora de correr hacia atrás, sobre todo cuando se enfrentaba a delanteros muy potentes físicamente, sufría. En Girona, eso también pasa, pero el equipo de Míchel actúa mucho más como un acordeón y, aparte de exteriores como Yan Couto o Tsygankov, también tiene dos centrales más para ayudarlo, así como Eric lo hace con ellos cuando se emparejan con su marca.

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