Desde que Xavi Hernnández se sienta en el banquillo del Camp Nou, el Barça puede celebrar haber mejorado los resultados que venía cuajando con Ronald Koeman, pero sobre todo, puede decir que ha recuperado aquel estilo de juego que se conoce como ADN Barça. La presión post pérdida más intensa, los movimientos en cadena y los ataques posicionales con sentido son los aspectos en que más ha mejorado este equipo desde la llegada del técnico de Terrassa.
Sin embargo, buena parte de los éxitos que se atribuyen al Barça de hoy se deben gracias a la llegada de los nuevos fichajes durante el mercado invernal y al resurgimiento de Ousmane Dembélé. La junta directiva jugó todas las cartas que tenía a su alcance y Joan Laporta apostó fuerte por reforzar el presente para tratar de reflotar a un Barça que entonces se debatía entre la cuarta y la quinta posición de la liga. La llegada de Ferran Torres, de Pierre-Emerick Aubameyang y de Adama Traoré tuvo un impacto inmediato, pero hay que recordar que algunos de estos nombres no eran las primeras opciones de la cúpula blaugrana.
El Barça se guarda una carta para el futuro
En el caso de la incorporación de Ferran Torres, Xavi quería un extremo polivalente que también pudiera llevar a cabo la función de falso nueve. Ferran venía frecuentando esta demarcación bajo las órdenes de Pep Guardiola en el Manchester City y hay que mencionar que era la opción predilecta de Xavi Hernández. No obstante, el nombre que más resonaba en las oficinas del Camp Nou era el de Dani Olmo, futbolista de características diferentes pero de estilo de juego muy similar. El mediapunta egarense era el preferido de la junta directiva porque es sabido que hubiera visto con muy buenos ojos volver al club que lo desarrolló como futbolista.
De hecho, según el diario As, el Red Bull Leipzig pedía 60 millones de euros, una cifra muy parecida a los 55 que desembolsó el Barça para fichar a Ferran Torres. Sea como sea, la entidad culé quiere guardarse la carta de Dani Olmo para el futuro. As concreta que será durante el verano de 2023 que el Barça abordará la operación del futbolista de 23 años, ya que, hoy por hoy, todavía tiene contrato hasta 2024 y la cifra para ficharlo será mucho más asequible cuando tan solo le quede un año de contrato.
Un traspaso que tarde o temprano se producirá
El caso es que Dani Olmo quiere volver al Barça y difícilmente no lo hará. Laporta sabe que los 60 millones en que el Leipzig tasa su salida a estas alturas están lejos del alcance del Barça, pero si el jugador mantiene su contrato actual y no lo renueva (que no lo hará), estos 60 millones se pueden convertir en una cifra mucho más adecuada teniendo en cuenta la situación financiera del club.
De añadida, el futuro de los que ahora son los extremos derechos del equipo es incierto. La situación de Ousmane Dembélé se encuentra en standby desde el mes de enero, mientras que la permanencia de Adama Traoré depende de diferentes factores que poco tienen que ver con el rendimiento de la Flecha de Hospitalet sobre el césped.