Después de construir un equipo ilusionante y de ir dejando destellos del fútbol que toda la afición blaugrana sueña ver en cada partido, a Xavi Hernández le toca ahora otra tarea importante, posiblemente la más difícil de todas. El entrenador de Terrassa ya sabía cuando aceptó el cargo de entrenador del Barça que le tocaría finalizar la transición, el paso de los últimos resquicios del gran Barça del que él formó parte a un nuevo proyecto renovado capaz de volver a luchar por todos los títulos.
Con el caso Sergio Busquets resuelto, pues el centrocampista de Badia ya ha decidido no renovar su contrato y salir a coste cero en verano, Xavi Hernández debe lidiar con dos grandes conflictos, los de Jordi Alba y Gerard Piqué. Aparte de Ter Stegen y de Sergi Roberto, los dos defensas son los dos últimos titulares que quedan del gran Barça de Messi, Xavi e Iniesta. Para el club y el entrenador, ambos futbolistas ya no están para ser titulares indiscutibles en el Barça, por lo que deben aceptar la nueva situación o hacer las maletas.
La gestión de Xavi de los conflictos
Las semanas previas a la llegada de Xavi, la gran duda era saber si el entrenador sería capaz de gestionar la salida de futbolistas que, además de ser leyendas del Barça, son amigos suyos, con los que ha ganado multitud de títulos, tanto con el Barça como con la selección española. Xavi ni lo dudó y aseguró que no le temblaría el pulso. El principal problema, Leo Messi, se fue antes de lo esperado por la disputa con LaLiga por el límite salarial, por lo que el testigo pasó a Sergi Roberto, Sergio Busquets, Gerard Piqué y Jordi Alba.
El primero se acabó quedando con una importante rebaja salarial, mientras que el segundo comunicó que no pondrá problemas, pues dejará el club el 30 de junio. Con Piqué, Xavi mantuvo una conversación en la que le informó que esta temporada sería suplente. El central aceptó el reto de pelear por un puesto que, de momento, no ha conseguido. El principal incendio terminaría siendo Jordi Alba.
Jordi Alba no asume su nueva situación
Y es que Jordi Alba es el capitán que peor está llevando la nueva situación. El lateral ya puso impedimentos para rebajarse el salario, protagonizando las primeras declaraciones polémicas. Y todo ha acabado explotando en el final de este verano, cuando el Barça intentó que se fuera cedido al Inter de Milán. Con Marcos Alonso y Alejandro Balde como elegidos de Xavi Hernández, a Jordi Alba se planteó una salida interesante, una forma de seguir siendo titular en un gran club, pero el lateral al lateral no le gustó.
En los últimos días, aprovechando un acto publicitario, Jordi Alba acusó al Barça de haber jugado sucio con él y anunció que se ve con motivación para poder ser titular hasta cumplir el suculento contrato que firmó con Josep Maria Bartomeu en la presidencia. A Xavi Hernández, pues, les está creciendo un problema que consideraba de fácil solución.