El Barça de Xavi Hernández se apagó en la Champions League contra el Paris Saint-Germain en un partido marcado por la expulsión de Ronald Araujo. Después de ampliar su ventaja con un gol tempranero de Raphinha, el equipo de Luis Enrique tuvo vía libre para remontar contra un equipo que con 10 jugadores se perdió completamente. Casi un año más tarde de aquel fatídico episodio, el conjunto barcelonés se ha reencontrado con una situación similar con la roja que ha visto Cubarsí en el minuto 22 del duelo de ida de los octavos de final contra el Benfica.
Sin embargo, en esta ocasión, la respuesta del equipo ha sido magnífica, sumando una victoria que vale oro gracias a un solitario gol de Raphinha y una actuación defensiva admirable, comandada por Szczesny, autor de ocho paradas clave. Ahora bien, ¿qué ha cambiado en menos de 365 días para ver este cambio tan radical a la hora de afrontar un partido largo con inferioridad numérica?
Una mentalidad y una propuesta que no se negocia
El primer punto que hay que señalar, y quizás el más importante, es que el Barça no cambió casi su plan con 10 jugadores. Evidentemente, el Benfica tuvo más la posesión que en los primeros 15 minutos, pero siempre quiso ser protagonista. Liderados por un Pedri que llevó la batuta del equipo, el equipo de Flick sumó varias posesiones largas que neutralizaron parte de la ambición local.
Dani Olmo, el cambio escogido por Hansi Flick
Este cambio de mentalidad se vio ya en la modificación que hizo Hansi Flick justo después de la expulsión de Cubarsí. En vez de sacar a uno de los tres futbolistas del tridente ofensivo, el alemán decidió prescindir de Dani Olmo, el tercer hombre del mediocampo, para ubicar a Araujo en el eje de la defensa. El equipo se estructuró con un 4-4-1 que podía amenazar constantemente el Benfica por bandas. La decisión fue todo un acierto, ya que el Benfica no estuvo cómodo en ningún momento.
Una dirección de campo excelente
Por otra parte, la dirección de campo de Hansi Flick durante los 90 también fue inmaculada. Especialmente importante fue el cambio de Lamine Yamal, que pudo sorprender, pero que tenía todo el sentido del mundo. El Benfica estaba haciendo mucho daño por la banda del joven futbolista culé en la segunda parte. Sin tener ningún miramiento, Flick lo cambió y puso a Raphinha en el costado derecho, un jugador con más sacrificio defensivo. Además, el brasileño después vio portería con un golazo espectacular.
Szczesny da una vida más al Barça
En este gran resultado que sumó el Barça no se puede obviar el papel que tuvo Szczesny. El portero polaco fue uno de los mejores del partido, con ocho paradas que fueron absolutamente claves. Sin su autoridad bajo palos sería imposible haber sobrevivido con 10 jugadores.
Nadie corre más que el Barça de Hansi Flick
Por último, hay que destacar el gran sacrificio que ha hecho el Barça durante los más de 90 minutos que ha durado el partido. Entre todos los jugadores, los culés corrieron 112,4 kilómetros, seis menos que los locales, que tuvieron un hombre más desde el minuto 22. La media de los futbolistas blaugranas es de 11,23 kilómetros, mientras que la de los locales es de 10,81. Ningún equipo del resto de los octavos de final corrió más. Un dato que muestra que este equipo está más vivo que nunca.