Vitor Roque no parece entrar en los planes de Xavi Hernández, al menos, por el momento. No le ve preparado aún para jugar en el Barça, y mucho menos para tener un papel importante, que es lo que mucha gente esperaba cuando llegó. Porque confiaban en que tuviera una adaptación rápida, e incluso fuera capaz de enviar a Robert Lewandowski al banquillo, que se encuentra muy lejos de su mejor versión. Pero la adaptación está siendo realmente lenta.
Pudo disputar unos pocos minutos en los dos primeros compromisos, contra la UD Las Palmas y el modesto Barbastro, pero en la Supercopa de España se quedó sin jugar frente a CA Osasuna y Real Madrid. Y ante el Unionistas de Salamanca, de nuevo en la Copa del Rey, parecía tener una oportunidad irrepetible para aparecer por primera vez en la alineación. Sin embargo, el entrenador catalán prefirió apostar antes por el joven talento de La Masía, Marc Guiu.
El ‘Tigrinho’ se tuvo que conformar con empezar como suplente, e ingresó al campo cuando solamente faltaban unos minutos para que sonara el pitido final. De momento la realidad para el internacional brasileño es que no entra en las rotaciones, y tendrá que trabajar para demostrar que en el Camp Nou no se han equivocado a la hora de ficharlo. Fue una apuesta personal de Deco, aunque se ha demostrado que en ningún momento contó con la aprobación del técnico de Terrassa.
Y es que prefería no invertir los 60 millones de euros que costó Vitor Roque, para reservarlos en la contratación de otro refuerzo que consideraba mucho más necesario para el Barça, y que tenía mucho menos riesgo. Porque para nadie es un secreto que Xavi pidió olvidarse del ex del Cruzeiro y del Atlético Paranaense, para centrar los esfuerzos en Martín Zubimendi, un crack que resulta de su completo agrado, y que no necesitaría de un periodo de aclimatación tan largo.
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Zubimendi se aleja del Barça por culpa de Vitor Roque
Ahora mismo, Zubimendi tiene muy complicado poder desembarcar en el Barça por culpa de Vitor Roque, por el cual han destinado prácticamente todo el presupuesto que existía. Y Joan Laporta necesitará un milagro para pagar la cláusula de 60 ‘kilos’ que tiene en Anoeta.
Xavi está muy enfadado con Deco, y resulta comprensible.