De los errores se aprende… o eso es lo que se ha dicho siempre. Pero Raphinha nuevamente demostró que hay excepciones que confirman la regla, y volvió a protagonizar un show en el banquillo del Barça que no hizo ni pizca de gracia a Xavi Hernández. Y es que recordó al escándalo que montó en el partido contra el Manchester United en la Europa League, que captaron las cámaras, y le obligaron a tener que pedir disculpas.
El internacional brasileño fue sustituido en la segunda parte, a pesar de estar haciendo una buena actuación, y se marchó visiblemente enfadado. Propinó una serie de golpes al asiento que le costó ser castigado con una suplencia en el siguiente choque, y desde ese momento su relación con el técnico de Terrassa se fracturó por completo. Entre eso, y la irregularidad que ha mostrado a lo largo del curso, Joan Laporta se había empezado a plantear su traspaso.
Pese a que tan solo lleva unos meses en el Camp Nou, es un firme candidato a hacer las maletas, para tratar de recuperar lo que pagaron en su día al Leeds United. Hay gente que cree que lo mejor es tener paciencia con el extremo de 26 años, pues puede ser una pieza muy valiosa, pero lo que está claro es que su comportamiento no ayuda en absoluto. Y así quedó nuevamente demostrado en la última jornada de La Liga Santander contra el Getafe.
Raphinha hizo exactamente lo mismo que frente a los ‘red devils’, marchándose sin hablar con nadie, y pagando su ira con el asiento del banquillo, mientras no apartaba la mirada, en un tono claramente desafiante y amenazador, de Xavi. Y una vez sonó el pitido final, en lugar de ir a dar la mano a los rivales y dirigirse hacia el túnel de vestuarios, se quedó sentado en el césped sin querer hablar con nadie, dejando una imagen poco profesional.
Esto le puede costar muy caro, y no es descartable que vuelva a recibir otro castigo, siendo suplente en los próximos compromisos, aunque Ousmane Dembélé aún no esté disponible.
Xavi, harto de Raphinha, autoriza la venta
Y, por supuesto, este último episodio de indisciplina también puede tener consecuencias en el futuro de Raphinha en el Barça. Porque Xavi ha bajado el pulgar y ha sentenciado al ‘22’, dando vía libre a Laporta para que negocie con otros conjuntos.
Cada vez es más probable que acabe cambiando de aires.