El nuevo Barça de Xavi Hernández necesita fichajes, tanto en enero como, sobre todo, en verano, pero también necesita una buena limpieza en su plantilla, donde hay varios jugadores que no entran en los planes del entrenador de Terrassa y que están ocupando fichas e inflando la masa salarial.

Y uno de estos jugadores es Luuk de Jong, un fichaje extraño que el Barça llevó a cabo por la insistencia de Ronald Koeman, pero que ya ha quedado más que demostrado que no tiene el nivel suficiente como para poder aportar diferencias en el equipo blaugrana.

Luuk de Jong, durante su presentación como nuevo jugador del Barça / EFE

Luuk de Jong, decepción total

A pesar de la lesión de Ansu Fati, del problema cardiaco de Agüero y de la preocupante sequía goleadora de Memphis Depay, Xavi no le ha dado ni un minuto a Luuk de Jong en los dos partidos que ha dirigido ya al Barça. Y es que el entrenador ya le ha hecho saber a Joan Laporta y a la dirección deportiva blaugrana que el delantero neerlandés no entra en sus planes y que hay que buscarle una salida este mismo mercado de invierno.

El problema es que el Barça ya pagó 1 millón de euros al Sevilla por la cesión de De Jong, hasta el 30 de junio del 2022, añadiendo una opción de compra no obligatoria de una cantidad no revelada, pero al parecer bastante asequible. Al club blaugrana, pues, solo le queda el remedio de intentar devolver al delantero al Sevilla antes de tiempo, aunque el club andaluz difícilmente aceptará asumir parte de la ficha que el Barça se comprometió a pagar.

Ronald Koeman, exentrenador del Barça / Europa Pres

Una petición personal de Koeman

A pesar de que el Barça le ofreció a Koeman nombres como los de Cavani o Falcao para reforzar el ataque blaugrana, el entrenador neerlandés, que ya había conseguido el fichaje de Memphis Depay y que a punto estuvo de hacer lo mismo con Wijnaldum, se obcecó en lograr la incorporación de Luuk de Jong, al que conocía de la selección de los Países Bajos.

De Jong debutó contra el Bayern de Múnich, siendo titular, y ya empezó a demostrar que no tenía el nivel suficiente, y lo mismo ocurrió después en los partidos contra el Granada y el Cádiz. El delantero, lento y desafortunado en la combinación, añadió una preocupante falta de pólvora para un jugador que se supone que es un rematado infalible. Contra el Levante marcó su primer y único gol como blaugrana, pero solo fue un espejismo. No juega desde la derrota del Barça en Vallecas, donde solo participó en los 6 últimos minutos. Desde entonces se ha quedado en el banquillo en los partidos contra el Alavés, Dinamo de Kiev, Celta, Espanyol y Benfica.

 

Imagen principal: Xavi Hernández, dando órdenes a sus jugadores en el partido contra el Espanyol / EFE