Las posturas de Xavi Hernández y Joan Laporta están más alejadas que nunca, hasta el punto de estar a punto de romperse, y eso que hace solo una semana todo indicaba a que el acuerdo entre ambos para que el de Terrassa cogiera las riendas del primer equipo del Barça era total.
Los hechos, sin embargo, se fueron precipitando hasta provocar que todo se rompiera en mil pedazos, hasta obligar a Joan Laporta a salir públicamente a ratificar a Ronald Koeman, cuando todo apuntaba a que el neerlandés sería destituido de forma fulminante.
Koeman estaba sentenciado
Tras la vergonzosa derrota del Barça contra el Benfica, Joan Laporta dio órdenes al departamento económico de buscar la fórmula para destituir a Koeman. La operación era muy complicada, pero finalmente se encontró la manera de pagarle el finiquito al neerlandés. Con el ok económico, y con Laporta convencido de profundizar en las opciones de fichar a Robert Martínez, parte de su entorno más próximo le convenció para que indultara a Xavi Hernández, pues el de Terrassa, si aceptaba las condiciones de prescindir de parte de su equipo, era la mejor baza. Entrenador joven, culé hasta la médula, amante del fútbol que quiere imponer Laporta y candidato del entorno y de la afición.
Laporta, como es habitual en él, aceptó los consejos de aquellos en los que más confía y el Barça sentó las bases con Xavi Hernández para cerrar su llegada inminente al club, como explicó recientemente el periodista Gerard Romero.
La traición de Xavi
Y cuando todo iba viento en popa, todo se vino abajo. Por un lado, surgieron los rumores de que el Barça realmente no podía hacer frente al finiquito de Koeman. Por otro, Xavi Hernández no aceptó todas las condiciones que le imponía Laporta y que en un principio aceptaba. Todo ello se produjo cuando el presidente ya había informado a un grupo de periodistas con los que mantuvo un encuentro informal de que Koeman estaba sentenciado y que sería despedido tras el partido contra el Atlético de Madrid.
Ante la nueva e inesperada situación, a Laporta no le quedó más remedio que tragarse el orgullo y dar marcha atrás, reuniéndose con Koeman y anunciando públicamente que el neerlandés seguiría en el banquillo blaugrana pasara lo que pasara en el Wanda Metropolitano. Horas después, tanto personas del Barça como otras del entorno de Xavi han negado haber mantenido ningún tipo de encuentro. Laporta se siente traicionado por Xavi, lo que complica todavía más un futuro de ambos juntos en el FC Barcelona.