Katsushika es una zona de Tokio bastante peculiar. Situada al noreste de la metrópoli y con cerca de medio millón de habitantes, la ciudad de Katsushika, como se la conoce, está por debajo del nivel del mar, rodeada por los ríos Arakawa, Edogawa y Ayasegawa. En su interior, además, se encuentra el barrio de Yotsugi, un conjunto de calles imantadas por las siempre apetecibles estaciones de tren tokiotas, en este caso la Yotsugi-eki. Solo bajar del tren, el turista futbolero amante del manga y del anime podrá comprobar que será un día especial, muy especial.
Y es que la estación de Yotsugi se ha convertido en un enorme homenaje a Yöichi Takahashi, oriundo del barrio, una persona clave tanto de la introducción del fútbol en Japón como del manga y del anime en Europa y Sudamérica. De su mente y sus manos surgió en 1981 Captain Tsubasa, conocido también como Campeones, Supercampeones o, más coloquialmente, Oliver y Benji.
Yotsugi, el barrio de Oliver y Benji
Después de trasladarse a la infancia con el conjunto de murales que decoran la estación de Yotsugi con los diferentes personajes de la serie, además de una camiseta especial firmada por el mismísimo Andrés Iniesta, el turista futbolero amante del manga y del anime puede seguir con la curiosa excursión en el exterior. El plan es caminar desde el barrio de Yotsugi hasta la zona conocida como Tateishi, un agradable paseo en el que el caminante se irá topando con diferentes estatuas de bronce de los personajes de la serie. No tiene pérdida, ya que se puede coger un mapa para encontrarlas todas, como el radar de las bolas de dragón.
El primero será el intrépido Ishizaki Ryo, traducido para el resto de mortales como Bruce Harper. Más adelante, cruzando el parque de Yotsugi, será el turno de Hyuga Kojiro (Mark Lenders), el archienemigo de Ozora Tsubasa (Oliver Atom), cuya estatua se encuentra más adelante. A partir de ahí, las estatuas de otros personajes y escenas de la serie se van apareciendo, hasta la llegada a la estación de Tateishi, en cuyos alrededores hay varios pósteres de la serie. El homenaje es espectacular, además de que la siempre respetuosa forma de ser japonesa provoca que las estatuas, a pesar de estar al aire libre, vivan sin riesgo de ser vandalizadas.
De Maradona a Oliver Atom
El origen de Captain Tsubasa se encuentra dos años antes de su publicación, en 1979, cuando Japón acogió el Mundial Juvenil de fútbol, el primer acontecimiento que la FIFA celebró en Asia. El país nipón, donde el deporte rey es el béisbol, se volcó con la llegada del fútbol, a lo que se añadió un factor fundamental, Diego Armando Maradona. Y es que el Mundial Juvenil de 1979 fue la carta de presentación al mundo del pelusa y un auténtico golpe de efecto en la carrera de Yöichi Takahashi, que en aquellos momentos estaba empezando a cocer uno de los spokon (nombre como se conocen los manga basados en un deporte) más influyentes de todos los tiempos.
“Hay mucho de Maradona en mi obra”, llegó a admitir Takahashi en una entrevista a la Revista Líbero. El manga, y especialmente el anime, traspasaron fronteras, hasta convertirse en un auténtico fenómeno de masas. En Japón, popularizó el fútbol. En Europa y Sudamérica, el manga y el anime. Más de 40 años después, la obra de Takahashi ya es inmortal y su barrio, allí donde un día soñó con ser un mangaka profesional, se lo recuerda cada día con una exposición al aire libre imprescindible para todos aquellos que vibraron con un opening legendario: "Allá van con el balón en los pies, y ninguno los podrá detener...".