Uno de los principales enemigos de la sostenibilidad es la contaminación causada por los gases emitidos por el transporte, principalmente en las grandes ciudades y los núcleos urbanos, donde cada día se reúnen miles y miles de coches contaminantes. Hay algunas soluciones, y el coche eléctrico es una de ellas. Los estudios muestran que la movilidad provoca casi el 30% de las emisiones en las ciudades provocadas por el efecto del ser humano. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), nueve de cada diez personas en todo el mundo respiran aire insalubre a causa de la contaminación ambiental, y según el último estudio de la Separ, en España mueren cada año 10.000 personas por causas relacionadas con la contaminación.

Y no es sólo nuestra salud, sino también la del planeta. Reducir en un 30% las emisiones de gases de CO2 es un paso para empezar a descarbonizar el ambiente. ¿Pero cómo lo podemos hacer? Encontrar alternativas de transporte, como el transporte público —que en Barcelona, por ejemplo, gran parte de la flota de TMB ya es eléctrica—, o ir a pie a los lugares es una solución; pero con la innovación y las nuevas tecnologías, cada vez está más presente el vehículo eléctrico. ¿Qué ventajas comporta el coche eléctrico?

1. Aire de calidad

El coche eléctrico es una buena solución para ser más sostenibles si el usuario necesita utilizar el vehículo privado. Por término medio, durante la vida útil de un vehículo eléctrico se dejan de emitir unas dos toneladas netas de CO2 (según la media del parque automobilístico en Espanya) cada año, en comparación con las emisiones de un vehículo térmico.

Además, una de las ventajas con el coche eléctrico es que permite utilizar el excedente de energía renovable para su recarga, que se acostumbra a hacer durante la noche, de manera que se allana la curva de demanda eléctrica. Es decir, permite utilizar el potencial de energía renovable de los parques eólicos que hay durante la noche, que actualmente no se aprovecha.

Todo eso permite conseguir un aire de mejor calidad y reducir la contaminación, una de las principales causas de mortalidad —actualmente está considerada la cuarta según la OMS, después del tabaco—. Hay que recordar que Europa se ha marcado como objetivo para el 2050 la desaparición de los vehículos de combustibles fósiles, cosa que hay que hacer a través de un proceso gradual que permita en el 2030 un transporte limpio en el centro de las principales ciudades.

El objetivo es abandonar los vehículos de combustibles fósiles. Fotografía ACN

2. Menos ruido

Más allá de la contaminación causada por los gases de efecto invernadero, como el CO2, otro de los problemas de las principales ciudades es la contaminación acústica. De hecho, casi el 80% de la contaminación acústica de las grandes ciudades está provocada por el tráfico. En este sentido el coche eléctrico es una buena alternativa, ya que al no tener un motor de combustión, el ruido que emite es prácticamente nulo.

Varios estudios médicos han alertado reiteradamente que la contaminación acústica comporta problemas para la salud, y entre las principales consecuencias hay la irritabilidad, perturbación del sueño, aumento del estrés, disminución de la concentración y la productividad, agresividad, cansancio, dolor de cabeza, problemas de estómago, alteración de la presión arterial y pérdida de audición, entre una larga lista de posibles efectos.

3. Tecnología e innovación

El coche eléctrico es, además de una solución a la contaminación, también una apuesta de futuro. Hace años que en los congresos y las ferias de innovación, como el Automobile o el Mobile World Congress, las principales marcas automovilísticas presentan el coche eléctrico como el coche del futuro. Y es que por definición, el coche eléctrico es un coche conectado, que con la inminente implementación de la tecnología 5G, ofrece la posibilidad de la digitalitzación, control remoto y monitorización de parte de sus funciones. De hecho, es el prototipo de vehículo que se utiliza para testar las posibilidades del coche autónomo, y cada vez más ya se pueden activar ciertas funciones de estos vehículos desde el teléfono móvil, como la climatización, la recarga o el cierre del coche.

4. Un respiro en el bolsillo

Si bien la inversión inicial que se tiene que hacer para un coche eléctrico todavía es elevada, el bolsillo nota la reducción de costes en el medio y largo plazo, ya que a la larga acaba saliendo bastante más barato que un coche convencional, principalmente por el menor coste de mantenimiento, energía y ahorros en impuestos, a la vez que hay que considerar otros beneficios que ofrecen las administraciones públicas en los vehículos eléctricos.

Al mismo tiempo, en el consumo también se nota el ahorro. El consumo aproximado de un coche eléctrico en términos de energía se encuentra en torno a los 15 kWh por cada 100 kilómetros. Teniendo en cuenta que el precio de la electricidad por kWh ronda los 18 céntimos de euro, se trataría de unos 2,7 euros por cada 100 km. Por otra parte, con respecto al vehículo convencional, si suponemos un consumo de 7 litros de combustible por 100 km con un precio de 1,25 € / litro, el precio en este caso por cada 100 km sería de 8,75 euros, un poco más del triple.

Además, mientras que los precios de la gasolina y diésel están más a merced de la incertidumbre y volatilidad de los mercados, hay tarifas eléctricas más favorables y pensadas especialmente para clientes en vehículo eléctrico que proporcionan unos precios horarios muy ventajosos durante la noche, aprovechando las horas valle de consumo, las cuales son las más indicadas para poder efectuar la carga del vehículo eléctrico.

Por último, a medio plazo se empezarán a implementar las políticas de restricciones que varios ayuntamientos de las grandes ciudades ya se están viendo obligados a adoptar con respecto al acceso de vehículos de combustión a sus centros urbanos, como la directiva de las zonas de bajas emisiones (ZBE) o las etiquetas de energía.

La Zona de Bajas Emisiones entra en vigor en Barcelona y el área metropolitana el 1 de enero del 2020. Fotografía: ACN

5. Autonomía suficiente

Uno de los principales inconvenientes a pasarse al vehículo eléctrico acostumbra a ser el miedo a quedarse "trazado" o no poder hacer viajes largos por falta de energía. El cierto es que si los primeros prototipos de movilidad eléctrica tenían una autonomía corta, la tecnología ha apostado mucho por avanzar en este sentido, y hoy día con una autonomía real de unos 220 km y diaria —con previa recarga nocturna—, se pueden llevar a cabo la práctica totalidad de los desplazamientos que requiere el día a día. Además, en caso de emergencia, cada vez hay más puntos de recarga para los vehículos eléctricos en las ciudades.

6. Ventajas administrativas

Las ventajas administrativas también es algo a tener en cuenta. Con un coche eléctrico se puede acceder a zonas eventualmente restringidas al tráfico, y siempre pueden circular en días de restricciones por contaminación. Además, la mayor parte de los ayuntamientos y otras administraciones públicas ofrecen varias ventajas, como la bonificación en el impuesto de circulación (IVTM), poder aparcar gratuitamente en zonas públicas de pago, acceso gratuito a algunos peajes, circular por áreas restringidas de la ciudad, acceso al carril BUS-VAO...

También desde el gobierno central se han llevado a cabo algunos planes de subvención para la compra de este tipo de vehículos, como el Plan MOVEA de 2017 o el MOVALT del 2018 que han proporcionado ayudas a partir de 5.000 euros para la compra exclusiva de vehículos sostenibles.

Por último, el Ayuntamiento de Barcelona ya contempla restricciones de acceso a partir del 2020 para vehículos diésel anteriores al año 2006 o de gasolina del año 2000 y medidas similares se llevarán a cabo en Madrid en episodios de alta contaminación.

7. Recarga en casa...

Las tarifas energéticas que proponen varias empresas acostumbran a ser muy ventajosas por la noche, momento en que el consumo eléctrico global es menor. Es por este motivo que cargar el coche por la noche sale a cuenta, y en caso de disponer de una plaza de aparcamiento, el usuario puede instalar un punto de recarga en el mismo garaje y cargar el coche cada noche para disponer de la totalidad de la autonomía el día siguiente. En el caso de viviendas con garaje comunitario, la modificación del Artículo 17 de la Ley de Propiedad Horizontal permite ya la instalación del punto de recarga para uso privado sin problema.

Punto de recarga de vehículo eléctrico de Endesa

8. ...y en la calle

La voluntad global de avanzar hacia un cambio de paradigma a nivel de descarbonización y de energía ha incentivado la creación de varios convenios y acuerdos entre administraciones y eléctricas para fomentar la movilidad sostenible. Uno de estos casos es el de Endesa, que en la línea de su plan estratégico ha hecho una gran apuesta por la movilidad eléctrica, y en el 2020 desde la empresa aseguran que se habrán alcanzado los más de 2.000 puntos de recarga a todo el Estado, de los cuales 300 en Catalunya.

De hecho ya no es extraño ver puntos de recarga en las principales vías de las ciudades y los centros, que acostumbran a ser las zonas más transitadas.

9. Mantenimiento mínimo

Los motores eléctricos son bastante más eficientes que los térmicos, de manera que duran más y requieren hasta un 80% menos de mantenimiento. De hecho, el principal elemento de desgaste en un coche eléctrico son las baterías, que si bien hoy día suelen tener ya garantías superiores a los 80.000 km, una vez sustituida, el coche eléctrico queda prácticamente nuevo.

Al mismo tiempo, el usuario se ahorra el mantenimiento de los elementos más caros de los coches convencionales, como la caja de cambios, la correa de distribución, el embrague, el alternador, los filtros... Todo eso acaba reduciendo considerablemente el gasto en mantenimiento y averías.

10. Seguridad y eficiencia

Finalmente, la experiencia del usuario también puede ser un plus añadido. La conducción de un coche eléctrico es mucho más suave, con una aceleración potente y sin ruido ni vibraciones, cosa que hace más confortable la conducción. Al no tener componentes mecánicos ni fricción, el motor eléctrico funciona exactamente igual en frío y en caliente.

Al mismo tiempo, con los sistemas de recuperación de energía que llevan actualmente los vehículos eléctricos, el estilo de conducción tiende a priorizar una conducción eficiente y por lo tanto segura, ya que se debe tener en cuenta que al levantar el pie del acelerador el motor eléctrico deja de gastar energía y pasa a recuperarla.