El economista Santiago Niño-Becerra acaba de publicar el libro Futuro, ¿qué futuro? (Editorial Ariel), donde analiza la economía después de la pandemia de la covid, con especial atención a España. Niño-Becerra advierte que el Estado español tiene tres problemas económicos que lo coartan: la deuda desmesurada, la baja productividad y el escasez de dinero para las pensiones. Estas son las valoraciones que hace el economista sobre estos tres puntos, que resumimos a continuación. "Los tres años que se calcula que la pandemia tardará en ser controlada serán una piedra en un camino-económico, el de nuestro país, que ya era escabroso, sobre todo pensando en el medio y largo plazo", advierte.
1) Deuda desmesurada: Según el economista, "la deuda es un dogal muy pesado que asfixia a España y que hace que el país dependa de los inversores que tienen esta deuda". Y en este sentido, pronostica que a consecuencia de ello el Gobierno español tendrá que adoptar medidas duras como subir impuestos, recortar el gasto público, o combinar las dos vías para que la evolución de la deuda sea sostenible. "España pasó de una deuda del 95,5% del PIB, a 31 de diciembre del 2019, al 120% del PIB un año después", recuerda, en un proceso acelerado por la covid. Pero Niño Becerra avisa de que la covid sólo ha empeorado unas tendencias que ya eran malas antes de la pandemia. "La pandemia ha afectado a España más que a otras economías por problemas que venían de muy atrás, que ya estaban antes de que el virus de la covid llegara; el virus sencillamente los ha dramatizado y puesto en evidencia. La española no es una economía homogénea: por eso pienso que la única posibilidad de recuperación para España y el resto de países pasa por finalizar la fórmula del café-por-todos y optar por un perfil de geometría variable que, hasta ahora, se ha querido evitar por razones políticas", añade.
2) Baja productividad: El economista asegura que los índices de productividad españoles han empeorado en los últimos años, y ya no eran buenos antes. Eso a su entender acondiciona toda la estructura económica. "Una baja productividad supone una generación de valor añadido reducida, lo que no incentiva la inversión a fin de que la productividad mejore, y eso lleva de forma inevitable al país o zona a perder competitividad internacional. España ha estado compensando esta deficiencia pagando salarios bajos y con condiciones laborales precarias: tiene además una tasa de economía sumergida que, según las estimaciones, oscila entre el 17% y el 25% del PIB, lo cual ha soportado con bastante elasticidad el sector turístico", apunta. Niño Becerra advierte que esta fórmula no será sostenible en el tiempo, porque la UE exigirá y auditará fórmulas fiscales mucho más estrictas.
3) Escasez de dinero para las pensiones: El economista asegura que España sufre una "crónica insuficiencia" de dinero para las pensiones, e insiste en que este es el problema real. "El problema del sistema de pensiones de España (y de todos los países con un sistema de reparto como el español) es de insuficiencia de ingresos", dice. Según Niño Becerra, la ley de reforma de la Seguridad Social aprobada en anteproyecto en el 2021 sólo garantiza "un equilibrio momentáneo de las cuentas" traspasando algunos gastos a los presupuestos del Estado, para aportar así 22.000 millones de euros más, que se quitan de otras partidas. A su entender, el anteproyecto "aparca para más adelante los temas más polémicos, como el encaje del aumento de la esperanza de vida en el importe de las pensiones". La cuestión también se ha agravado a raíz de la pandemia.