El ministerio de Fomento ha encargado un estudio sobre la "distribución de demanda" de tráfico y la "necesidad de actuaciones" a las carreteras una vez se supriman los peajes al AP-2 entre Zaragoza y El Vendrell y a la AP-7 entre Tarragona y La Jonquera. Las concesiones en estos dos tramos acaban el 31 de enero del 2021, y el estudio quiere "valorar la efectividad de las alternativas de actuación" que se propongan. Así, Fomento cree que podrá decidir "las mejores soluciones" para "acomodar la demanda" de la red de carreteras del estado, como la remodelación de los enlaces existentes o la implantación de nuevos.
El Departamento que dirige en funciones José Luis Ábalos ha sacado este estudio a concurso para cuando se suprima el cobro de peaje, un trabajo en el cual invertirá 810.700 euros, según ha informado el Departamento. Estas autopistas seguirán los pasos del AP-1 Burgos-Arñiñón, la primera que concluyó el contrato de concesión que tenía con Itínere, levantó la barrera de peaje y retornó al Estado ahora hace un año, a finales de noviembre de 2018.
También sucederá otras dos vías de Abertis, el AP-4 Sevilla Cádiz y el tramo de la AP-7 entre Tarragona, Valencia y Alicante, que concluirán su contrato con este grupo a finales de este año, de manera que el próximo 1 de enero pasarán a ser libres de peaje. Ante la conclusión de los contratos de estas dos autovías, el grupo Abertis negocia actualmente con los sindicatos un ERE para 140 trabajadores de estas dos autopistas, casi la mitad (el 46%) del total de 300 empleados que suman. El ajuste se centra precisamente en los empleados vinculados a las tareas de cobro de peaje.
En paralelo, Fomento ha sacado a concurso los trabajos para pasar a encargarse del mantenimiento de estas dos autopistas, estimados en 153 millones de euros, y ha licitado la explotación de la docena de áreas de servicio y restauración que suman, centros que cede para un periodo de cinco años y un importe de facturación estimado en 256 millones de euros.
Posibles obras
En el caso de las dos próximas autopistas que concluirán el contrato de concesión, el AP-2 y el tramo de la AP-7 que enlaza con la frontera, el estudio con el cual Fomento empieza a preparar su reversión al Estado en el 2021 tiene como finalidad analizar el tráfico y la movilidad en torno a las vías, contemplando la incidencia en los mismos ante la supresión del peaje.
Con este análisis, Fomento pretende determinar si hace falta realizar algún tipo de obra o actuación para acomodar la demanda de tráfico a la Red de Carreteras del Estado después de la redistribución de tráfico que se pueda producir después de la supresión de los peajes en estas vías.
La AP-7 en la Jonquera-Barcelona-Tarragona es una vía de 236,34 kilómetros de longitud que figura como una de las de mayor intensidad diaria de tráfico de la red de pago del país. Al cierre del pasado mes de agosto contabilizaba a 59.088 usuarios al día en su tramo entre Barcelona y Tarragona, lo que lanza un crecimiento del 3,6% respecto del año anterior, y otros 50.624 conductores diarios entre esta ciudad y la frontera, un 1,35% más, según datos oficiales del Ministerio. Por su parte, la AP-2 Zaragoza-Mediterráneo registraba una media de 13.357 circulaciones diarias al término de los ocho primeros meses, un 6,9% más que un año antes.