Alemania ha dinamitado su récord de inflación y ha llegado este mes de marzo al 7,3% interanual, una cifra excepcional que afecta de lleno a un país en el que este concepto es un tabú y se lo culpa en parte del ascenso del nazismo durante la República de Weimar. El 7,3% no se había visto desde 1981, y, por lo tanto, antes de la reunificación del país. Según los cálculos provisionales de la Oficina Federal de Estadística, la principal causa de la inflación es el incremento del coste de la energía. Los economistas habían previsto como máximo una inflación del 6,3% este mes, pero ha subido 1 punto más. La guerra de Ucrania ha impactado contra la economía alemana, por la afectación que tiene en la importación de gas y petróleo ruso. En España, donde queda geográficamente más lejos la guerra, la situación todavía es peor porque la inflación ha llegado al 9,8%.
Un analista de HQ Trust ha manifestado que la inflación afectará a la previsión de crecimiento alemana, la economía motor de la UE. "La sola cifra de un aumento de precios superior al 7% significa una devaluación real masiva de los ingresos en la economía alemana: ingresos laborales, pensiones y transferencias, ingresos empresariales y de capital. La demanda de consumidores y de inversión se debilitará, las previsiones de crecimiento se revisarán a la baja", indica. La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, ha intentado tranquilizar y ha subrayado que no se prevé que la inflación siga creciendo, y que la previsión es "a corto plazo", y también ha afirmado que no existen indicios de recesión sostenida.
Mientras tanto, el gobierno alemán está haciendo planes por si se produjera un colapso energético, en caso de que Rusia cortara el suministro. El ministro de Economía, Robert Habeck (Verdes), decretó el miércoles el primer nivel de alerta. "Hoy por hoy no hay cuellos de botella de suministro", indicó Habeck. Pero insistió en que Alemania tiene que estar "preparada en caso de escalada de Rusia". La buena noticia es que Rusia ha aplazado el pago de la energía en rublos, que se tenía que iniciar este jueves, con el argumento de que la entrega del gas a Alemania y el pago son dos conceptos diferentes, según informa el diario económico Handelsblatt.
La hiperinflación afectó de lleno a la República de Weimar, surgida en Alemania después de la Primera Guerra Mundial, y provocó una polarización de la sociedad en medio de un gran malestar social. Entre 1921 y 1923, el tipo de cambio pasó de 60 marcos por dólar a más de 1 millón de marcos por dólar. El origen del problema fue que el gobierno alemán emitió más papel moneda que lo que su economía permitía para sufragar las reparaciones a Francia y Bélgica según el Tratado de Versalles, y lo hizo desvinculándose del patrón oro.