Una comisión de expertos organizada por el Ministerio de Asuntos Económicos y Acción Climática de Alemania ha propuesto un paquete de ayuda a las viviendas y empresas para hacer frente a los elevados precios del gas, lo que supondrá un desembolso por parte del gobierno alemán de 96.000 millones de euros. En concreto, el plan sugerido por los "sabios" alemanes incluye un cheque a las familias en diciembre y la limitación de precios durante un año a partir del mes de marzo, mientras que para las empresas el tope del gas empezará en enero, coincidiendo con el invierno. Estas dos medidas supondrán un desembolso total de 96.000 millones de euros. Esta cifra está incluida dentro del paquete de 200.000 euros que recomendó Alemania el mes pasado para reducir los precios energéticos para su población. Las familias verán tropezados los precios del gas a 12 céntimos por kWh a partir del 1 de marzo del año que viene y hasta el 30 de abril del 2024. Este precio únicamente se aplicará sobre una cuota del 80% del consumo habitual de las viviendas. Excedida esta cuota, las viviendas deberán abonar el precio normal. El gobierno alemán efectuará un único pago y excepcional por el valor equivalente al consumo del gas y calefación de un mes. El plan supondrá un coste de 5.000 millones de euros para las arcas públicas y el pago tanto en las empresas como en las viviendas tendrá lugar antes de que llegue diciembre.
Reducción del consumo del gas
Este límite se debe al hecho de que, a causa de la situación actual de Alemania con el gas, el Gobierno alemán considera que hay que reducirse el consumo un 20% para poder hacer frente al invierno y que no haya desabastecimiento en el país. Para los clientes industriales, aquellos que consumen más de 1,5 millones de kWh por año, el precio será todavía menor, de 7 céntimos, y se aplicará desde el 1 de enero del próximo año hasta el 30 de abril del 2024. Los expertos calculan que afectará a entre 24.000 y 25.000 grandes empresas alemanas. Por el contrario, la cuota será menor, del 70% del consumo anual del año pasado.
La administración ha tomado esta decisión después de escuchar las recomendaciones de un comité de 20 expertos designado por el gobierno alemán para hacer frente a la crisis energética. De momento el gobierno alemán ha dejado fuera de esta medida a las grandes empresas, pero ha señalado que "más adelante tomará las medidas concretas por la industria". De hecho, el plan perfilado por la comisión de expertos y el equipo de Scholz consta de una segunda fase que se pondrá en marcha en unos meses después de asumir el coste energético de millones de viviendas y de pequeñas empresas durante el mes de septiembre. Este segundo paso consistirá en poner un tope al precio del gas a partir del mes de marzo de 2023. El país todavía está estudiando cómo llevarlo a cabo, y por eso todavía no hay una decisión firme. El portavoz del gobierno alemán, Steffen Hebestreit, ha señalado que "todavía es pronto para valorar las recomendaciones de los expertos" pero ha indicado que la primera fase "representaría una solución muy rápida y aguda" que proporcionaría a los consumidores un cierto "descanso" de cara a los meses de enero y febrero. El objetivo del tope del gas es reducir el precio medio que pagan los alemanes por este tipo de energía y, como consecuencia, por la electricidad, ya que su precio está determinado por el gas. Si finalmente el gobierno pone un tope en el gas, los alemanes pagarán menos por la electricidad. Ambos planes formarían parte de un escudo de ayudas por valor de 200.000 millones de euros que aprobó Alemania hace unas semanas para hacer frente al incremento de los precios de la energía y para sostener la economía del país.