Los mayores accionistas de los laboratorios Almirall –los hermanos Jorge y Antonio Gallardo– legalizaron unos 113 millones de euros gracias a la amnistía fiscal que implementó el año 2012 el ministro de Hacienda –ahora en funciones–, Cristóbal Montoro, con la que facilitaba la regularización de sólo un 10% de los beneficios de los ejercicios no prescritos.
Así lo publica hoy ElDiario.es en el marco de la investigación de los papeles de la Castellana, y explica que de todo el dinero opaco que tenían en Suiza en las cuentas corrientes de dos sociedades opacas de Panamá, sólo declararon un 2,4%, es decir, unos 2,7 millones de euros. Pero eso fue legal gracias a la rebaja de las condiciones de la amnistía de Montoro.
Los hermanos, sin embargo, no tienen sólo el 66% de la farmacéutica Almirall. Entre su fortuna destacan otros negocios como residencias para personas mayores o con trastornos de conducta u hospitales privados como Vithas, el segundo grupo del sector de la sanidad privada con más ventas en el Estado español. Pero también tienen negocios en el sector inmobiliario, hotelero y de energías renovables.
Eso los ha llevado a ocupar la posición número 16 de la lista Forbes, pero no todo ha sido agua clara. Justo antes de que se creara la marca Vithas, los hermanos Gallardo legalizaron un patrimonio de 112.979.114,13 euros, que hasta entonces habían ocultado de manera legal gracias a la Declaración Tributaria Especial o amnistía fiscal.
Ahora bien. El dinero que legalizaron los hermanos supera curiosamente los beneficios que los laboratorios Almirall consiguieron el año 2012, unos 77,8 millones de euros. El medicamento más conocido de la farmacéutica es el antiácido para el estómago Almax, que es el quinto más vendido en el Estado sin receta.
Contra la independencia
Los hermanos Gallardo siempre han posicionado contra la evasión fiscal de la familia Pujol y aprovechaban la ocasión para cargar contra el independentismo. Tres años después de haber legalizado sus cuentas de Suiza, Jorge Gallardo no se cortó ni un pelo a la hora de decir que "no nos hemos llevado nada a Andorra" y que, por eso, "nadie nos puede dar lecciones de catalanidad".
Unos días antes de las elecciones del 27-S, Gallardo ya difundió un vídeo en la intranet de su empresa para hacer campaña en contra del voto soberanista y advertir a sus trabajadores de las "consecuencias negativas" que tendría para los intereses del grupo una eventual declaración unilateral de independencia de Catalunya.