Almirall, la multinacional farmacéutica con sede en Barcelona desde 1943, ha anunciado un plan de reestructuración en España que afectará un máximo de 121 trabajadores o lo que es lo mismo, un 10% de la plantilla. El objetivo es "reasignar recursos" para impulsar nuevos proyectos de crecimientos basados en I+D y consolidar las operaciones de desarrollo corporativo realizadas durante el último año y medio. Entre estas, se incluyen tres productos clínicos en fase 3, una nueva entidad molecular en fase 1, dos productos por psoriasis y expansión del área estética, entre otros.
Ante el malestar de los trabajadores y el cierre de filas de los sindicatos, desde la compañía controlada por los hermanos Gallardo han asegurado que es "un ajuste necesario en la plantilla que se llevará a cabo con el mayor respeto hacia nuestros empleados, por lo cual Almirall propondrá un plan social apropiado para minimizar los efectos de la medida". Un ajuste que según Almirall, no afecta a las directrices financieras para el 2016 ratificadas durante la presentación de resultados dónde se hizo público un beneficio neto de 80,5 millones entre enero y junio, un 36,9% más que el primer semestre de 2015.
Aunque se estima un crecimiento porcentual "alto" en ingresos totales, ventas netas y resultado bruto de explotación para 2016, se reestructurará la plantilla de Almirall en España y no se descarta tampoco la posibilidad de hacer lo mismo en el extranjero, donde la farmacéutica da trabajo a unas 600 personas a través de las filiales que tiene en el resto de Europa, Estados Unidos o Canadá.
No es el primer ERE
Este no es el primer expediente regulador de empleo (ERE) de Almirall o en cualquier caso, no es la primera reestructuración de plantilla. Sin ir más lejos, en abril de 2015, la compañía anunció el despido de 59 personas de su área d'R+D para reorientar la estrategia ninguno el sector dermatológico. Peor fue en febrero de 2014 cuando la farmacéutica pactó con los sindicatos el despido de 180 trabajadores también en España con el propósito de afrontar la caída de las ventas. Sin que sirva de precedente (o sí), tan sólo un mes después, se confirmó también el despido de 190 personas a las filiales europeas.
Todavía al mismo 2014 pero al mes de noviembre, Almirall vendió su negocio respiratorio a la británica AstraZeneca, la quinta mayor farmacéutica del mundo. La venta supuso un traspaso de 719 empleados.
CCOO y UGT, en contra
Los sindicatos no han tardado en reaccionar al anuncio de Almirall. El primero en hacerlo ha sido la Federación de Industria de Comisiones Obreras que ha declarado su "contrariedad" a la vez que ha exigido documentación y una justificación económica. Y a pesar de todo, CCOO ha asegurado que "velará por el mantenimiento de los puestos de trabajo en las sedes de Almirall". En este sentido, la secretaria general de CCOO en el grupo Almirante, Antonia Miñana, ha matizado que el ERE no afectará en la red de ventas sino en la plantilla de Barcelona, Sant Feliu de Llobregat, a Sant Andreu de la Barca y a las plantas de Sant Celoni y Sant Andreu de la Barca.
Poco después, la UGT también ha hecho público su rechazo al ERE de Almirall sobre lo que ha denunciado una reducción del 30% de la plantilla en los últimos dos años. Su petición pasa por hacer replantear a la dirección "esta medida tan traumática para la plantilla". En tan sólo una semana, se constituirá la comisión de negociaciones.