La innovación es una de las herramientas más poderosas disponibles al servicio de la sociedad. Tiene la capacidad, unida al talento humano y los avances tecnológicos, en muchas ocasiones, de transformar y, sobre todo, de dar soluciones a los problemas más sencillos y también más complejos de nuestro día a día.
Conformar ideas nuevas que contribuyan al progreso general conlleva, eso sí, recopilar información, analizarla y ver de qué modo poder mejorar lo existente o crear soluciones disruptivas, dando una vuelta absoluta a lo que ya conocemos.
Vivimos momentos, además, de cambios constantes. Horas en las que todos los sectores y actividades de nuestra sociedad avanzan de una forma rápida, lo que requiere que haya organizaciones que apuesten por la innovación y la investigación, y desarrollen novedades que caminen por la senda de la sostenibilidad, en todo el sentido de la palabra.
En un mundo de cambios acelerados, la innovación se erige como clave para resolver desafíos y crear soluciones disruptivas con visión sostenible
Esta transformación está también produciéndose en sectores tradicionales como el del tabaco, donde compañías como Philip Morris Internacional (PMI) están haciendo una apuesta férrea por la innovación y la investigación desde hace casi dos décadas con un objetivo claro: dejar atrás al cigarrillo de toda la vida y conseguir un futuro libre de humo.
Para conseguirlo, la compañía está apostando fuertemente en I+D sumando ya una inversión de más de 12.500 millones de euros, así como dos centros de investigación en Singapur y Suiza, en los que operan más de 1.500 científicos, expertos e investigadores que trabajan en el desarrollo de productos libres de humo.
Apuesta por el fin del cigarrillo
Lo que pretende la compañía es dar respuesta a la demanda que se ha hecho desde la sociedad de ofrecer productos menos dañinos para la salud, y siendo conscientes de que las tradicionales políticas de prevención y cesación del tabaquismo no están teniendo toda la eficacia que se esperaba. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), a nivel global hay más de 1.000 millones de fumadores. Una cifra que, además, según las previsiones del mismo organismo, no bajará en los próximos años de manera significativa.
Y ya que la realidad se revela compleja, se hace por ello necesario el desarrollo de estrategias de reducción del daño, complementarias a las tradicionales ya existentes. Este enfoque innovador se basa en el uso de alternativas libres de humo avaladas científicamente, que ayuden en los esfuerzos decir adiós a los cigarrillos. Asimismo, Jacek Olczak, director ejecutivo de Philip Morris International, destacaba que "necesitamos dejar de excluir de la conversación a los hombres y las mujeres que fuman, ya que estas son las personas que más pueden beneficiarse de las alternativas libres de humo".
Ante la complejidad del tabaquismo, se requieren estrategias innovadoras de reducción de daño que incluyan alternativas libres de humo, avaladas científicamente y enfocadas en quienes más lo necesitan
No obstante, advierten igualmente que estas alternativas sin humo, a pesar de que la ciencia las avala como mejores opciones a seguir consumiendo cigarrillos, no están exentas de riesgo, y su uso conlleva generalmente la inhalación de nicotina, que es adictiva. Por ello, desde la compañía son claros y advierten que la mejor opción para cualquier fumador es dejar por completo el consumo de tabaco y nicotina.