Arabia Saudí ha anunciado el lanzamiento de su primera marca de vehículos eléctricos, parte de un empuje más amplio para diversificar la economía del mayor exportador de petróleo del mundo. La compañía, bautizada con el nombre de Ceer, "contribuirá a los esfuerzos de Arabia Saudí por reducir las emisiones de carbono e impulsar la sostenibilidad para abordar el impacto del cambio climático", han avanzado en un comunicado la Agencia de Prensa Saudí. Se trata de una asociación con Foxconn, el principal empresario del sector privado de China, que "desarrollará la arquitectura eléctrica de los vehículos".
Así pues, la nueva marca Ceer "diseñará, fabricará y venderá una gama de vehículos para consumidores a Arabia Saudí, incluidos vehículos utilitarios deportivos," y se espera que la compañía genere hasta 30.000 puestos de trabajo directos e indirectos. Está previsto que estén disponibles en el 2025. La tecnología que implementarán los coches eléctricos de Ceed se licenciará con BMW para su uso en el proceso de desarrollo de los vehículos. Por su parte, Foxconn desarrollará la arquitectura eléctrica de los vehículos, cosa que dará como resultado una cartera de productos que liderará las áreas de infoentretenimiento, conectividad y tecnologías de conducción autónoma.
En paralelo, hay que recordar que el pasado mes de abril, Arabia Saudí ya anunció un acuerdo con Lucid Motors, con sede en los Estados Unidos, está instalando una fábrica en el reino saudí, para comprar hasta 100.000 vehículos eléctricos durante la próxima década. Igual que el acuerdo Lucid, Ceer cuenta con el apoyo|soporte del fondo soberano saudí presidido por el príncipe heredero Mohammed bin Salman, la agenda de reforma del cual Visión 2030 depende de una rápida diversificación económica.
El petróleo escondido
"Arabia Saudí no sólo está construyendo una nueva marca de automoción, estamos poniendo en marcha una nueva industria y un ecosistema que atrae inversiones internacionales y locales, crea oportunidades de trabajo para el talento local, permite el sector privado y contribuye a aumentar el PIB de Arabia Saudí durante los próximos años", ha afirmado el príncipe Mohammed. El año pasado, antes de la cumbre sobre el cambio climático de la COP26, Arabia Saudí se comprometió a conseguir cero emisiones limpias de carbono el año 2060, despertando el escepticismo de los activistas medioambientales. Por su parte, los funcionarios saudíes han subrayado últimamente la necesidad de más inversión en combustibles fósiles, argumentando que centrarse en el cambio climático a costa de la seguridad energética agravaría la inflación y otros problemas económicos.
Varias empresas petroleras, cuyo negocio ha dependido siempre de los combustibles fósiles, como es el caso de BP, Shell, Repsol o Total, han empezado a introducirse en el mercado de la movilidad eléctrica invirtiendo cantidades importantes de dinero, sobre todo en la implementación de infraestructura de recarga. Arabia Saudí es un estado dependiente del petróleo que ya hace unos años estuvo en conversaciones con Tesla para participar a su privatización eliminando así su participación en Bolsa.