"La economía catalana demuestra un crecimiento equilibrado y estable, con un aumento de la productividad, un equilibrio entre demanda interna y externa y una industria potente". Son palabras del vicepresidente de Catalunya y conseller de Economía y Hacienda, Pere Aragonès, en la presentación del Informe Anual de la Economía Catalana del 2017, elaborado por el departamento. Al mismo tiempo, "quedan desmentidas las previsiones catastrofistas de los últimos meses". Con todo, sin embargo, Aragonès asegura que "hay que seguir trabajando para asumir la soberanía económica".
En cifras, en el 2017 la economía catalana creció un 3,4%, un punto más que la zona euro (2,4%) y tres décimas por encima del estado español (3,1%). Un crecimiento que, según el informe, se consigue gracias a unos pilares: la industria, el comercio exterior y el turismo. De hecho, la industria supone ya el 19,7% del PIB y las exportaciones de bienes supera en un 71% el valor del 2009.
Las previsiones negativas, "totalmente desmentidas"
Aragonés ha criticado las voces que daban malas previsiones por Catalunya raíz del referéndum del 1-O, refiriéndose a algunos líderes políticos y económicos que aseguraban que "Catalunya tendría un crecimiento cero o negativo". En este sentido, el vicepresidente ha criticado el hecho de que "eso lo dijeron responsables económicos y ahora los podemos desmentir: las siete plagas de Egipto no han venido porque tenemos una economía muy fuerte", ha asegurado.
"Las bases de nuestra economía son lo bastante fuertes para superar cualquier tipo de presiones, todo y que obviamente no para siempre". Al mismo tiempo, pide que "aquellos que hicieron este oráculo negativo tendrían que dar explicaciones, porque crearon unas falsas expectativas que ayudaron a tomar algunas decisiones a los agentes económicos".
El secretario general del departamento, Albert Castellanos, asegura que "se impone la solidez de la economía catalana, los fundamentos resisten después de este año intenso que no ha tenido un especial impacto en los indicadores del PIB". Al mismo tiempo, sin embargo, matiza que "cuando decimos que la economía catalana ha resistido bien no decimos que no haya tenido ningún impacto porque eso sería mentir", explica.
De hecho, el cuarto trimestre del 2017 sí que sufrió "una pequeña caída en términos turísticos y de comercio extranjero", por una parte por las consecuencias del atentado del 17 de agosto y de la otra "por las imágenes de violencia policial del 1.-O". "Es un impacto muy puntual porque el primer trimestre del 2018 los indicadores ya se ven revertidos", explica.
Un patrón de crecimiento "más equilibrado"
Según el informe, la economía catalana ha conseguido llegar a un patrón de crecimiento "equilibrado y establo". Castellanos explica que es un crecimiento más sostenible que el de antes de la crisis, y "diferente a la anterior fase expansiva, ya que ahora la productividad está aumentando y es más equilibrado".
Con todo, desde el Departamento aseguran que todavía hay "muchos retos" por cumplir, y hay una necesidad de mejorar todos los indicadores, principalmente con respecto a las desigualdades, la pobreza y los retos en el ámbito de transformación bancaria y financiera. Al mismo tiempo, "uno de los retos mayores es consolidar este crecimiento estable", asegura a Aragonès.
Al mismo tiempo, los expertos hablan de un "doble superávit comercial", en el sentido que el superávit comercial de bienes y servicios de 28.529 millones de euros (el 12,2% del PIB), tiene una doble aportación positiva; la del comercio con el extranjero (6,5 puntos) y con el resto del estado español (5,7 puntos). En conjunto, las exportaciones de bienes suben un 8,7% en el 2017 y ya suponen el 25,6% del conjunto de exportaciones de bienes españolas. Desde el 2009 -primer año en que el saldo comercial de Catalunya con el exterior alcanzó porcentajes positivos- el valor de las exportaciones ha aumentado un 71%.
La fuga de empresas, tema "puramente coyuntural"
Preguntado respecto del traslado de sedes sociales de las empresas después del referéndum del 1-O, Castellanos afirma que "fue un tema puramente coyuntural". Al mismo tiempo, explica que muchas de las empresas que empezaron los trámites por mover la sede no han completado el proceso, "un hecho muy significativo ya que demuestra que las empresas tienen muchos motivos para creer en la estabilidad".
Según el Colegio de Registradors, durante el 2017, hasta 2.536 sociedades mercantiles cambiaron su domicilio de Catalunya a otra comunidad autónoma, mientras que lo cambia a la inversa fue de 548 que vinieron. Así pues, el saldo final de la marcha de empresas fue de 1.988 suyos que se marcharon.
Castellanos explica que "no se tiene que olvidar este hecho pero se tiene que relativizar el impacto que ha tenido sobre la economía, porque es muy pequeño," asegura.