"Buenos día señores pasajeros. Para celebrar de los 10 años del AVE Barcelona-Madrid, les invitamos a desayunar". La megafonía del AVE Madrid-Barcelona daba esta mañana los buenos días a sus usuarios desde la estación de Atocha a las 7.20 horas, cuando salía de la capital española para plantarse en la catalana en 2.30 horas. Lo hacía primero en castellano, después catalán (o mejor dicho, en catañol) y, finalmente, en inglés.
La mayoría de la prensa de la capital catalana y española ha subido a este tren para encontrarse con el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, que ha viajado a Barcelona para reunirse con la alcaldesa de Hospitalet de Llobregat para presentar el proyecto de soterramiento de las vías y, después, encontrarse con los alcaldes de los municipios de la zona de la N-340 donde, ha lamentado, "es muy difícil dar una fecha" para que el desvío de los camiones sea una realidad.
De Serna también ha confesado no tener todavía una fecha fijada para estrenar la línea de alta velocidad que conecte Barcelona con Valencia, lo que ha justificado bajo el argumento que depende de otros organismos, a pesar de que sí que ha avanzado que este año tienen previsto reducir en media hora este trayecto porque las pruebas que está realizando Fomento entre Tarragona y Vandellòs "van muy bien".
Puntual como casi siempre, el AVE hacia Barcelona en el que viajaba De la Serna ha salido a las 7.20 horas de la estación de Atocha. Esta mañana, sin embargo, la imagen era un poco diferente. En este convoy había pocos viajeros porque era un tren de doble composición —aquellos que salen a horas punta y que ayudan a transportar al doble de pasajeros de un punto a otro. Había otro que salía solo 10 minutos más tarde que este, pero aquí la mayoría de personas que viajaban eran periodistas de Barcelona y Madrid. De hecho había unos 40 entre televisiones, radios y diarios, sobre todo generalistas, que llenaban los vagones del tren de portátiles, cámaras y micrófonos.
El resto de vagones iban casi vacíos.
¿AVE o puente aéreo?
Con más de 85,5 millones de viajeros en las espaldas en esta década —desde que se inauguró la línea el 20 de febrero del 2008—, el AVE ya duplica los viajes que se realizan de Barcelona a Madrid con el puente aéreo; y con el EVA, el tren low cost que también conectará Barcelona con Madrid, todavía aumentará más el número de trayectos. Y no solo eso. Según ha apuntado el ministro de Fomento, en 2020 se abrirá un nuevo escenario en el que se pueden encontrar con una "dura competencia" con compañías privadas low cost que terminen ofreciendo un servicio similar al del AVE, como ahora ya realizan las compañías aéreas.
La cobertura, sin embargo, es uno de los problemas que siguen fallando diez años después. Se hacía muy difícil poder tener una conversación telefónica entera y las radios y televisiones han tenido dificultades para su directo. Esta es una de las principales quejas de los viajeros y también de los periodistas, que están teniendo algunas dificultades para trabajar. Al menos había wifi, pero conectarse es toda una odisea y, además, este pedía algunos datos del pasajero que, quizás, no todo el mundo quiere dar.
La alta velocidad no para de crecer. Solo el año pasado transportó en este trayecto a 4,1 millones de pasajeros, es decir, un 7,5% más que en 2016. La rapidez y la puntualidad del AVE rivalizan con el puente aéreo, aun así, el puente aéreo creció todavía más en pasajeros que el AVE que une las dos capitales.
Una rapidez y puntualidad que hacen que el pasajero se plante de Barcelona a Madrid (o viceversa) en poco más de dos horas y media si se toma el convoy que no realiza ninguna parada más que la de su origen y su destino. Cuando se inaugure la alta velocidad entre Barcelona y Valencia, el trayecto será de solo dos horas, que contrastan claramente con las casi cuatro horas que se tarda ahora en realizar un trayecto en Euromed. Una unión que conecta la segunda y tercera ciudad con más habitantes de todo el Estado español. Eso sí, habrá que esperar.