El presidente de Banc Sabadell, Josep Oliu, ha explicado que en caso de que hubiera algún riesgo político, la entidad podría trasladar su domicilio social que actualmente se encuentra en Sabadell sin necesidad de que esta decisión pasara por Junta General. Más concretamente, el máximo dirigente de la entidad catalana ha explicado en una conferencia en la Cambra de Comerç de Sabadell que esta posibilidad supone "una ventaja en caso de que haya algún riesgo que nos ponga en la necesidad de estar a cobijo de la Unión Europea."
A pesar de que Oliu en linea con el mundo económico procura mantenerse al margen del debate político, esta vez no ha evitado hacer una referencia indirecta al proceso de independencia de Catalunya. No es nada habitual pero tampoco es la primera vez. En julio de 2014, Oliu también aseguró que "ni tenemos un plan B ni contemplamos la independencia de Catalunya" a la vez que hacía un llamamiento a un "encaje adecuado para todo el mundo."
Un ataque Lazarillo a la banca
Por otro lado, Oliu también ha reblado que "las cláusulas suelo son un ataque a la banca". Ante un auditorio lleno hasta los topes, el banquero catalán ha explicado que la sentencia del Tribunal Supremo que dictaminaba que si las clausulas suelo eran transparentes, eran válidas y si no, se tenía que atender los casos de forma individual, "pone en duda" el sistema contractual que se había cogido como referencia de seguridad jurídica.
En este sentido, Oliu se ha acordado (sin mencionarlo explícitamente) del presidente de Ausbanc, Luis Pineda, que actualmente cumple condena y de como este promovió el caso de las cláusulas suelo, justo antes de que también se apuntaran las asociaciones de bancos y cajas AICEC-ADICAE y los jueces. "Somos el país del Lazarillo de Tormes: es igual, si toca algo, ya tocará", ha remarcado justo antes de añadir que se trata de un personaje que "llega a todos los estamentos". Una novela picaresca sin autor para reflejar el oportunismo de un buen negocio que permite arañar "dinerillo".
Y contra la alud de reclamaciones que pueden llegar a partir de ahora, el presidente de Banco Sabadell ha querido dejar clara la postura de la entidad catalana: "nuestras cláusulas suelo eran transparentes" y estaban avaladas por notarios. Más concretamente, se ha mostrado partidario de una férrea defensa de la seguridad jurídica a la vez que entiende que habría que tratar las cláusulas suelo con "sentido común, negociación y buenas ganas de arreglarlo". Dicho de otra forma, "ética y buen comportamiento" como antídoto para limpiar la imagen de la banca.
¿De quién es la culpa?
En la misma línea de las cláusulas suelo, Oliu también ha hecho referencia a la estigmatización del sistema financiero, sobre el que ha querido dejar muy claro desde buen comienzo que "el culpable de la crisis es toda la sociedad". Paso a paso, ha hecho una repartición secuencial de culpas: los empresarios por "ser poco prudentes", los bancos por no ver la poca prudencia de los empresarios, el Banco de España por no ver lo que el bancos no veían y en última instancia, el gobierno español por no "frenar la fiesta".
Más concretamente, el presidente del Banc Sabadell también ha recordado que "el rescate de la banca es una expresión tortuosa y falsa". Momento idóneo para lanzarse una pregunta con respuesta: "Y, ¿los bancos qué culpa tenemos? La estabilidad financiera es un bien público, no un bien privado". A la espera de una nueva regulación, Oliu ha reiterado que el rescate público no es un rescate a la banca sino a sus depositarios. Y antes de cambiar de tema, una última reflexión sobre la reputación de la banca: "tampoco han ayudado los fenómenos de corrupción mezclados con la política que venían de las cajas."