El Banco de España también se ha sumado a FMI, BCE y Bruselas en sus proyecciones de crecimiento para España de cara a este 2021. En este caso, el crecimiento lo ha situado en el 6,2 % del PIB y ha rebajado al 15,6 % la tasa del paro, tras mejorar sus previsiones macroeconómicas para el periodo 2021-2023 por la menor incidencia de la pandemia, el avance de la vacunación y una mayor absorción de los fondos europeos.
Así se desprende del informe trimestral de la economía española publicado este lunes por el Banco de España, en el que adelanta a finales de 2022 la recuperación del nivel del PIB previo a la crisis sanitaria, mientras que para finales de 2023 el PIB estará un 1,9% por encima del nivel prepandemia. En línea con las previsiones oficiales, la entidad considera que hacia finales del mes de agosto estará vacunado el 70% de la población, lo que permitirá avanzar hacia la desaparición de las medidas de contención a finales de 2021, con lo que a partir del segundo semestre la actividad doméstica dejaría de depender de condicionantes epidemiológicos.
Las proyecciones actualizadas apuntan a un crecimiento del 5,8% para 2022 y del 1,9% para 2023, años en los que la tasa de desempleo desciende al 14,7 y al 13,7%, respectivamente. De los crecimientos previstos en el horizonte de proyección, el Banco de España calcula que los fondos europeos aportarán 1 punto porcentual en 2021, 2,4 puntos en 2022 y 1,8 puntos en 2023, tras mejorar la capacidad de absorción y el impacto positivo inicialmente calculados.
Son las previsiones del escenario central de la entidad, que también ha hecho proyecciones para un escenario más favorable y para otro más adverso, dada la incertidumbre sobre la evolución de la pandemia, el ritmo de reducción de la tasa de ahorro acumulada y la huella dejada por la crisis en el tejido productivo. Bajo los escenarios favorable y adverso, el PIB crecería en 2021 un 6,8 % y un 4,6 %, respectivamente.
Empeoran el déficit y la deuda
El informe destaca que en el horizonte de proyección habrá una mejora sustancial del déficit público, pero empeora la senda prevista en marzo al sumar al déficit de 2021 el impacto de la prórroga de los ERTE y de las últimas medidas de apoyo a las empresas, con lo que lo eleva medio punto, hasta el 8,2% del PIB, que en 2022 bajará al 4,9% del PIB y en 2023, al 4,3%. La ratio de deuda pública también empeora y apenas descenderá 2 puntos porcentuales en el horizonte de proyección, pasando del 120,1% del PIB de 2021 al 117,9% en 2022 y al 118% en 2023.
El Banco de España dice que los riesgos a la baja está más equilibrados que en ejercicios de proyecciones anteriores, pero destaca los temores acerca de que la elevada circulación del virus en amplias regiones del mundo pueda dar lugar a la aparición de mutaciones más resistentes a la vacuna, con consecuencias adversas sobre la movilidad y los flujos turísticos.
A ello suma un hipotético repunte de las insolvencias empresariales que acarrearía una destrucción de empleo y un deterioro del capital de las entidades financieras, lo que podría incidir desfavorablemente en la concesión de crédito. El sesgo al alza de las previsiones estaría en una reducción de la tasa de ahorro más rápida e intensa de la prevista en el escenario central. Respecto al aumento de las previsiones inflacionistas, augura que el ritmo de avance del componente subyacente (sin energía ni alimentos frescos) seguirá siendo modesto.