El Banco Sabadell ha cerrado una emisión de 500 millones de deuda perpetua con posibilidad de cancelación anticipada a los 5,5 años, según fuentes de mercado consultadaspor Europa Press. Aunque se lanzó con un cupón del 6,25%, la elevada demanda recibida por más de 200 inversores, que ha superado en cuatro veces el importe ofrecido, ha permitido a la entidad fijar el precio final en 5,75%.

Por distribución geográfica, la mayoría de los inversores han sido de nacionalidad británica, seguida de francesa. Los inversores alemanes y austríacos han realizado 21 órdenes por importe de 201 millones y los italianos han emprendido 13 órdenes por 74 millones.

Los colocadores de esta emisión son el mismo equipo de inversión de Banco Sabadell, así como Barclays, Natixis, JP Morgan, Unicredit y Credit Suisse. La emisión, computable como a capital adicional de nivel 1 (AT1), permitirá a la entidad reforzar su estructura de capital y aumentar el colchón de capital de máxima calidad.

Esta operación es la segunda que el Banco Sabadell pone en marcha en el 2021, después de que el mes de enero pasado colocara 500 millones en deuda subordinada con una primera fecha de amortización del cupón en el 2026 y otra cinco años después, en el 2031.

El contexto del banco

El Banco Sabadell sigue con su apuesta para afrontar los próximos años en solitario, tal como defendió el presidente del Banco Sabadell, a Josep Oliu, la semana pasada. El banco rompió las negociaciones para una posible fusión con el BBVA a finales de noviembre.

El presidente del Banco Sabadell, Josep Oliu. / Sergi Alcàzar

Además, el Banco también apostó por desarrollar un plan de negocio que priorizara el mercado doméstico. El nuevo enfoque de la entidad pretende incrementar la eficiencia en el uso del capital y los recursos del grupo y aumentar así la rentabilidad y la creación de valor para los accionistas, según explicó la misma entidad.

Josep Oliu también se mostró la semana pasada en contra de aplicar las quitaciones a los créditos ICO por los posibles "riesgos adversos". Oliu expuso que en esta fase de la crisis se tienen que evitar "efectos perniciosos" y riesgos, como supondrían la aplicación de sacas a créditos del ICO, y que se tiene que velar por la solvencia de las empresas más que por su liquidez.