A pesar de los discursos catastrofistas sobre cómo afectaría a la economía catalana y española a los disturbios ocasionados en las protestas contra la sentencia del procés, el Banco Sabadell ha asegurado que en las últimas semanas la actividad del banco en Catalunya ha estado "normal" y ha descartado una disminución de la actividad financiera. Así lo ha explicado el consejero delegado del banco, Jaume Guardiola, durante la presentación de resultados del tercer trimestre, en que la entidad ha triplicado beneficios y se ha repuesto de las pérdidas por su filial británica, TSB.
Guardiola ha evitado hacer "valoraciones políticas", aseverando que "no es el lugar ni el momento", a la vez que ha dicho que "sin entrar en política, la voluntad para todos tendría que ser la erradicación de a violencia". Dicho esto, Guardiola ha explicado que "es muy prematuro para hacer análisis concretos sobre los efectos de los incidentes que ha habido", refiriéndose a los disturbios de la semana pasada en protesta a la sentencia, pero "estos días la actividad ha sido relativamente normal". Así, "la actividad de PTV, la actividad de las tarjetas, y en definitiva el día a día, se ha comportado con normalidad".
Con todo, el consejero delegado del banco ha querido avisar que "los riesgos sobre la reputación de Catalunya y en concreto Barcelona son altos", sin embargo "los efectos a largo plazo, como la inversión, es demasiado pronto para poder decirlo".
Sin opinión sobre la sentencia
Guardiola ya ha negado hoy entrar a valorar la sentencia del procés y todos los hechos ocasionados en las protestas, y no es nuevo. El lunes 14 de octubre, día en que se hizo pública la decisión del Supremo, se celebraba en paralelo una convención financiera en Madrid, el X Encuentro del Sector Financiero organizado por KPMG.
Los directivos de los principales bancos españoles se agruparon y, preguntados por la sentencia que se acababa de hacer pública, tanto el Banco Sabadell como CaixaBank, los más ligados a Catalunya y que movieron sus sedes en territorio español después del referéndum del 1 de octubre, respondieron no tener "una opinión concreta" y justificar la falta de valoración diciendo que se deben "a los accionistas".