Terres de l'Ebre, el Pla de Lleida, el área metropolitana de Barcelona y las comarcas centrales son las zonas de Catalunya que se están recuperando más rápido de la pandemia, mientras que las comarcas de montaña, las de Girona y el Camp de Tarragona, con más peso del turismo y con mayor caída en el 2020, lo hacen a menor ritmo. Estas son las conclusiones que se han presentado en el último Anuario Económico Comarcal BBVA de 2022, y que analiza el comportamiento de la economía catalana en su conjunto y por ejes territoriales durante el 2021.
Los datos presentados hoy ponen de manifiesto, según el autor del estudio, el catedrático emérito de Economía Aplicada de la UAB, Josep Oliver, que las comarcas y zonas de Catalunya "más industrializadas y con más peso manufacturero", y por lo tanto con menos peso relativo del sector servicios, se están recuperando más rápido de las consecuencias de la covid que otras con más peso turístico.
Crecimiento absoluto comarcal
A su entender, estas zonas podrían recuperar ya este año los niveles de PIB previos a la pandemia, mientras que las comarcas de montaña, el Camp de Tarragona o las comarcas de Girona ha puesto en duda que lo puedan hacer este año, de manera que tendrían que esperar en el 2023. No obstante, si entramos en el crecimiento del VAB, destaca en primera línea una comarca tradicionalmente atada al sector primario, el Montsià con un crecimiento del 9,8%. Completa el podio el Tarragonès 9,1% y el Gironès con un 7,7%.
Sin conclusiones sobre la guerra de Ucrania
El estudio de este año pone de relieve, más allá de crecimientos, el impacto de la covid y, no mide el de la guerra de Ucrania, ya que son cifras absolutas con el balance anual cerrado en el último 2021. Así pues, recuerda que el PIB catalán se desplomó en el 2020 un 11,7% por culpa de la pandemia y asegura que esta contracción fue "superior a la de similares regiones europeas", como Hannover (-4,2%), Baden-Württemberg (-5,4%), Lombardía (-8,7%) o Vèneto (-9,5%), entre otras. Oliver ha resaltado que en el 2020 la economía catalana entró en "colapso", con una caída del PIB inédita en décadas. En el 2021 la economía catalana creció un 5,8%, un crecimiento fuerte pero "insuficiente" para recuperar el terreno perdido en el 2020, ha explicado Oliver, que ha destacado que el año pasado el Camp de Tarragona (+7,4%) y el Eix de Girona (+6,9%) registraron aumentos más intensos de su PIB, gracias a la recuperación gradual del turismo, pero también venían de sufrir una caída mayor en el 2020.
El balance del bienio 2019-2021 refleja una caída del PIB catalán del 6,6% por término medio, pero evidencia que la recuperación no ha sido homogénea en todos los territorios. El Àrea Metropolitana de Barcelona (-6,4%), las comarcas centrales (5,6%), las Terres de l'Ebre (-5,3%) y el Pla de Lleida (-4,9%) registran caídas más leves que la media catalana. En cambio, las comarcas de montaña (-15,6%), el Camp de Tarragona (-8,1%) y las comarcas de Girona (-8,4%) presentan datos un poco peores que la media catalana. Aunque en términos de PIB Catalunya todavía no ha recuperado los niveles del 2019, sí lo hizo ya en términos de empleo en el 2021, gracias a una afiliación que creció un 3,6%, hasta los 3,4 millones de afiliados, y a recuperar el nivel de puestos de trabajo del 2019.
El análisis de BBVA también sostiene que Catalunya recuperó en el 2021 el consumo privado, a pesar de que no a niveles del 2019, y que también lo hicieron las inversiones y el turismo, así como todas aquellas ramas de actividad relacionadas con los servicios privados personales. Es decir, que se recuperaron a buen ritmo el comercio, la hostelería, los transportes, las actividades inmobiliarias y artísticas y de entretenimiento, aunque estas actividades no consiguieron en el 2021 reponerse completamente de los estragos de la pandemia.
El paro recorta cifras
Si esta es la tónica del VAB, no se puede decir lo mismo del empleo. En términos de afiliación, los cerca de los 110.000 puestos de trabajo perdidos en el 2020 se recuperaron íntegramente en el 2021, con un aumento anual del 3,6%, aunque su distribución sectorial dista de ser homogénea. Así, en el sector manufacturero las industrias textiles y de fabricación de material de transporte presentaron pérdidas de afiliados, mientras que presentaron aumentos las de alimentación, madera y papel, química, farmacéutica, plásticos, minerales no metálicos, informáticos y electrónicos y maquinaria.
De su lado, en el ámbito de los servicios privados destaca la caída de la afiliación a las actividades financieras (-1,4%), mientras que crecieron con cierta intensidad en el sector de industrias de la información (7,4%), servicios en empresas (6,9%), hostelería (4,7%), actividades artísticas y recreativas y otros servicios (2,6%), inmobiliarias (2,3%), comercio (2,1%) y transportes (1,5%); finalmente, en los servicios públicos o parapúblicos la educación o la sanidad crecieron con fuerza, con un aumento en su conjunto del 4,3%.