La brecha salarial que sufren los jóvenes es cada vez más alta. Así se desprende de los Indicadores de Progreso y Bienestar (IPB) de la Cambra de Comerç de Barcelona que muestran que las personas de entre 16 y 34 años de Catalunya no se han recuperado desde la crisis inmobiliaria del 2008. Los IPB son una recopilación de indicadores sobre la evolución de la economía catalana que permiten obtener una visión completa del progreso económico y social del territorio. En esta línea, el informe señala que la brecha salarial juvenil se amplió a partir del año 2009 y no se ha devuelto a los niveles previos a la crisis inmobiliaria. Según la Cambra de Barcelona, los jóvenes ya cobran por término medio la mitad que sus padres.
Brecha salarial
La brecha salarial total de los jóvenes catalanes de entre 25 y 34 años aumentó de los 9,4 puntos porcentuales en 2004 hasta los 26 puntos en el 2013, una tendencia que no se ha revertido de forma significativa porque el 2020 estaba en 21,3, según el indicador. Desde la Cambra de Comerç han señalado el factor principal que explica la pérdida relativa de poder adquisitivo de los jóvenes es la precarización de las condiciones laborales, que "castigan con mayor intensidad a los trabajadores que se incorporan al mercado laboral". En esta línea, han indicado que los jóvenes de entre 16 y 29 años "tienen más probabilidades de estar en paro". De la misma forma, la institución afirma que la brecha entre el porcentaje de asalariados a tiempo parcial jóvenes y adultos se ha ampliado de forma sistemática y muy destacada. "Eso contribuye a la reducción del grado de actividad laboral de los jóvenes en relación con los adultos, ampliando todavía más la brecha salarial juvenil", han destacado durante la presentación del informe.
La tasa de ocupación femenina en Catalunya creció en el 2021, manteniendo una diferencial positiva con el núcleo europeo. La brecha salarial de género aumentó ligeramente a Catalunya y España en el 2020, contrariamente a la tendencia decreciente del periodo de recuperación (2013-2019). Los catalanes de entre 26 y 45 años registran una tasa de sobrecualificación del 32,2%, respecto al 26,5 % de los de entre 46 y 64 años. En España la tasa de sobrecualificación juvenil con estudios terciarios se sitúa en el 35,3%, frente al 23,9% de la UE-5.
Acceso a la vivienda
Las consecuencias económicas y sociales del aumento de la brecha de los jóvenes son diversas, aclaran desde la Cambra, ya que "afectan aspectos vitales como la maternidad y paternidad, el acceso a la vivienda, la carencia material de bienes o la sostenibilidad de un sistema eficiente de pensiones". De hecho, el grado de esfuerzo que supone para los jóvenes alquilar una vivienda es superior a la de los adultos. Además, desde el 2014 el incremento del precio medio del alquiler ha sido mucho más alto que el de los salarios. Esta dinámica "castiga especialmente a los jóvenes, que son los que dedican un mayor porcentaje de su sueldo a pagar el alquiler", han criticado.
Más allá del precio de la vivienda, otra consecuencia de la precariedad laboral es que los salarios de los jóvenes han crecido a un ritmo más moderado que las pensiones de la jubilación tanto en Catalunya como en España. "Esta realidad tensa la sostenibilidad del sistema de pensiones y provoca un aumento de la desigualdad de los ingresos entre generaciones". Paralelamente, en países como Alemania, Italia o Francia no se observa esta tendencia, ya que muestran una pauta de crecimiento más equilibrada entre la pensión de jubilación media y el salario medio de los jóvenes.
Mercado laboral
El poder adquisitivo de los trabajadores cayó significativamente entre el 2010 y el 2018 debido al proceso "lento y doloroso de la devaluación interna". Ante esta situación, la Cambra de Barcelona ha reclamado "políticas para mejorar el acceso de los jóvenes al mercado laboral e identificar los sectores que tienen dificultades para encontrar mano de obra calificada. De hecho, la presidenta de la institución, Mònica Roca, ha afirmado que la reforma laboral es un primer paso, aunque ha asegurado que es "pronto" para ver su efecto. En esta línea, ha advertido que los datos demuestran que la transferencia de conocimiento "no llega lo bastante deprisa al mundo laboral".