Al final, la corrección se produjo y el Dow Jones cayó un 4,6% tras ganar el mercado de valores americano 8 billones de dólares en el último año. Este lunes, el Dow Jones retrocedió hasta 24.345 puntos, después de haber llegado a los 26.000. ¿La razón? La reciente subida de salarios en enero en EEUU, que ascendió al 2,9%, por encima de las previsiones y por encima también del objetivo de inflación del 2% de la Reserva Federal.
La evolución de la inflación es el espejo de la evolución salarial, que en la economía americana ha estado frenado en los últimos años. Los salarios han aumentado debido a que en el primer mes del año el empleo aumentó en 200.000 puestos de trabajo en EEUU, lo que ha acompañado a los anuncios de incrementos salariales en Wall Mart y otras grandes empresas.
Las mayores remuneraciones salariales van a obligar a la Reserva Federal a subir los tipos de interés para frenar una inflación que ya asoma la cabeza.
La Bolsa de Japón abrió la sesión con un descenso del 2,55% previendo lo que iba a ocurrir. En Europa, la caída fue más moderada. El Eurostoxx cedió el 1,26% mientras el Ibex retrocedía el 1,44% gracias a la depreciación del euro.
El dólar se apreció ante la divisa europea hasta cambiarse a 1,24 euros porque el crack de Wall Street es señal de la fortaleza americana, que en la última fase estuvo alimentada por una política de bajos tipos de interés, que habrán de normalizarse. Porque entramos en una nueva normalidad que en los próximos días puede llevar a una significativa volatilidad en los mercados. Átense los cinturones, aunque de momento las alzas del crudo no se concretan. Hoy el Brent ha bajado el 1,64%, hasta 67,62 dólares el barril. Eso al menos evita que una cola de acompañamiento (como en las crisis del petróleo de los 70) se sume a la reaparición de la inflación.
La Casa Blanca se ha mostrado preocupada por los resultados aunque ha expresado su confianza en el funcionamiento de los fundamentales de la economía.