CaixaBank ha acordado vender el 80% de su negocio inmobiliario a una compañía propiedad de los fondos norteamericanos Lone Star Fund X y Lone Star Real State Fund V. Concretament, la compra incluye los activos inmobiliarios disponibles para la venta en 31 de octubre del 2017 -que en esta fecha tenían un valor bruto de 12.800 millones y un valor neto contable de 6.700 millones- y el 100% del capital social de la sociedad Servihabitat.
Tal como ha informado el banco a través de un comunicado, el precio de la venta será del 80% de la valoración final del total del negocio inmobiliario en la fecha en que se cierre la operación, que dependerá del número de activos inmobiliarios que todavía sean propiedad de la entidad bancaria porque no se han vendido. La valoración inicial del 100% del negocio inmobiliario se estima en 7.000 millones de euros. La entidad prevé cerrar la operación entre el último trimestre del 2018 y el primero del 2019.
La operación se llevará a cabo una vez CaixaBank haya completado la recompra del 51% de Servihabitat anunciada el pasado 8 de junio. Acto seguido, CaixaBank aportará su negocio inmobiliario a una nueva sociedad, el 80% de la cual será vendida a Lone Star y la entidad bancaria mantendrá el 20%. Como aparte de la operación, Servihabitat seguirá prestando servicio a los activos inmobiliarios del grupo CaixaBank durante un periodo de 5 años a través de un nuevo contrato.
El consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, ha asegurado que se trata de una "operación que supone adelantar varios años los objetivos estratégicos en reducción de activos improductivos, permitiendo posicionar la entidad como uno de los bancos con el balance más saneado del mercado español".
La entidad bancaria calcula que la venta del 80% del negocio inmobiliario tendrá un impacto neutro en los resultados económicos. Gracias a la operación, la entidad presidida por Jordi Gual prevé ahorrar 500 millones de euros antes de impuestos entre el 2019 y el 2021.
La operación está sujeta a las autorizaciones regulatorias y otras condiciones habituales en este tipo de operaciones, incluida la autorización de las autoridades europeas de competencia.