A raíz de la propuesta del Ayuntamiento de Barcelona de limitar a tres el número de cruceros que atracarían diariamente en la ciudad y el volumen de pasajeros, la Cambra de Barcelona, como medida de consenso, ha llamado a todas las partes implicadas a empezar un nuevo debate riguroso sobre este sector y hacerlo compatible con un nuevo modelo de turismo para la capital catalana. Además, la corporación recuerda que el año 2018 el Ayuntamiento y el Port de Barcelona ya llegaron a un acuerdo con el fin de reordenar los espacios portuarios en el cual se indica que se tienen que llevar a cabo varias acciones para limitar, reubicar y electrificar las terminales de cruceros, unas tareas que ya se han iniciado en Barcelona. Este acuerdo, que todavía está en pleno desarrollo, permitiría alejar las terminales de cruceros de los barrios próximos al puerto y acercar el World Trade Center y toda el área asociada a la ciudad.
Paralelamente, el Port de Barcelona mantiene el compromiso de fomentar el puerto de la ciudad como a puerto base para aumentar el peso de los pasajeros que antes de embarcar o después de desembarcar dedican unos días a visitar la ciudad, que son también los que más gasto hacen en la ciudad. Esta estrategia radica tanto en la marca de ciudad como en la misma dotación de infraestructuras del Port de Barcelona. Es por eso que la Cambra considera, pues, que hay que trabajar en esta línea, que permitirá que el sector continúe la recuperación de manera regulada y con objetivos de sostenibilidad.
Además de eso, también hay que apuntar que el Port incluye a su IV Plan Estratégico toda una serie de actuaciones para incrementar la sostenibilidad de la infraestructura con el desarrollo de un nuevo modelo energético, descarbonizando la actividad marítima-portuaria con el fin de reducir la contaminación e incrementando la intermodalidad. Entre las acciones concretas de este proyecto se encuentran la subestación eléctrica Port y red asociada, la electrificación del Muelle Adosado para la conexión de cruceros, y la sostenibilidad de todas las acciones en torno a los cruceros, como por ejemplo la movilidad de los cruceristas. Resulta fundamental que se aceleren todas las inversiones asociadas a estas actuaciones para que el Port de Barcelona pueda posicionar realmente como un puerto sostenible de acuerdo con los retos del siglo XXI. En este sentido, es imprescindible hacer un análisis esmerado sobre el impacto de los cruceros para evaluar si hacen falta nuevas medidas para alcanzar este objetivo.
Impacto económico
Por otra banda, también hace falta tener en cuenta el gran impacto económico del sector de los cruceros en Barcelona, ya que se trata de un sector que factura anualmente un total de 1.083 millones de euros con una contribución positiva al PIB catalán de 562 millones de euros y que aporta más de 9.000 puestos de trabajo directos e indirectos con unas rentas fiscales generadas de 206 millones de euros, por impuestos estatales y autonómicos, y 1,6 millones de euros provenientes de la recaudación de la tasa turística. Además, el 73% del impacto económico de los cruceros en términos de facturación se queda en la ciudad de Barcelona. Actualmente, el 27% de los cruceristas de Barcelona hacen visita con pernoctación a la ciudad, con un gasto medio por persona de 230 euros/día. Aunque esta porción de cruceristas supone solo al 8% de los turistas vacacionales, concentran el 20% del gasto total realizado por los turistas vacacionales en Barcelona. Este perfil de crucerista que pernocta en Barcelona es precisamente el que se puede potenciar si se sigue trabajando para fomentar el Port de Barcelona como puerto base, senda por la cual apuesta la Cambra de Barcelona.