Mònica Roca i Aparici (Barcelona, 1969) es ingeniera de telecomunicaciones, ha estado diez años en la Agencia Espacial Europea, es fundadora de la empresa IsardSAT, madre de tres hijos y cuenta con un currículum completísimo donde pronto añadirá el cargo de presidenta de la Cambra de Comerç de Barcelona. La vicepresidenta con funciones de presidenta de la Cambra barcelonesa pronto heredará formalmente el cargo del actual presidente, Joan Canadell. A pesar de que el salto a la política del empresario ha acelerado el proceso, ya entraba dentro de los planes del gobierno cameral que Roca cogiera el timón de la Cambra a medio mandato. Entre risas, explica que nació "con una estelada bajo el brazo", y que a pesar de que ha viajado mucho, "nunca me he visto viviendo fuera de Catalunya". Es por este motivo que decidió embarcarse en la candidatura Eines de País en la Cambra, impulsada por la ANC, "porque era una oportunidad de hacer algo proactivo para el país".
Ciento treinta y cuatro años después, por fin habrá una primera presidenta en la Cambra.
Sí. Pero el reto no es ser la primera presidenta, el reto es ser presidenta, seas el número que seas. Lo encaro con ilusión y entusiasmo, pero siempre desde el respeto, y no por el hecho de ser la primera mujer. Me he movido siempre en un mundo muy masculinizado, y por tanto esto no me produce nerviosismo. A mí lo que me gustaría es que ser mujer no fuera un punto, sino que se normalizara y que pudiéramos dejar de hablar de una vez del porcentaje de mujeres que han ocupado esta posición.
Cuotas: ¿sí o no?
Si me lo hubieras preguntado hace unos años te habría dicho que no, radicalmente. Pero ahora no lo veo así, porque cuando una pelota va rodando con una inercia muy grande, si no le aplicas una fuerza, no deja de girar hacia aquella dirección. Las cuotas son una manera de impedirlo. Pero si en 50 o 100 años tenemos que seguir poniendo cuotas, entonces nos lo tenemos que replantear, porque quizás quiere decir que no era la manera o que el género femenino no está interesado en este ámbito, a pesar de que yo no me lo creo.
Eines de País reventó todas las encuestas y ganó por mayoría absoluta en el pleno de la Cambra. Han pasado 18 meses, ¿qué balance hace?
Fue muy buena noticia en aquel momento y lo sigue siendo. Intentamos transformar el modelo económico con un modelo más basado en el conocimiento y el tejido productivo, y la digitalización es clave para conseguirlo. Una de las cosas de las que estamos más orgullosos es de la creación de 13 comisiones en las que nos apoyamos mucho, porque están formadas por expertos externos a la Cambra y es así como queremos que funcione el país, con expertos. Es uno de los puntos fuertes que tenemos.
¿Y si tuviera que hacer autocrítica?
Enlazando con las comisiones, no todas han funcionado igual de bien. Y si tuviera que decir algo, diría que a veces hemos pecado de querer hacer demasiadas cosas. De todos modos, nosotros nos queremos llevar bien con todo el mundo, y en este sentido yo apoyo todos los posicionamientos que ha hecho Joan Canadell.
Hasta ahora el presidente de la Cambra era un influencer. ¿Cree que esto ha hecho que se vea como una Cambra presidencialista?
A veces se ha comentado que Canadell es muy presidencialista, pero su gestión no ha sido para nada así. Ha consultado todas las decisiones con el comité ejecutivo, hay un equipo muy fuerte detrás con quien lo hemos discutido todo. Sí que es verdad que él tiene una personalidad muy fuerte y ya tenía una actividad en los medios antes de ser presidente, y esto no se puede borrar. De todos modos, ahora el equipo continúa y el proyecto continúa siendo el mismo.
Y los objetivos que anunciasteis hace dos años en campaña, ¿también continúan siendo los mismos? En aquel momento pusisteis sobre la mesa prepararse para otro posible 1-O, cierre de cajas...
Sí, a pesar de que nosotros antes de entrar en la Cambra no conocíamos la institución y, por lo tanto, tenemos que ser permeables a las funciones de la Cambra y a las necesidades del país actual. Los objetivos están, a pesar de que en el momento de pandemia hay cosas que cambian las prioridades, y quizás se alargan en el tiempo. La pandemia nos ha condicionado a todos y se nos mueren empresas cada día y, por lo tanto, tenemos un problema muy gordo que nos absorbe el día a día.
¿Qué análisis hace de la gestión de la pandemia y la crisis?
Yo a menudo critico que la gente gaste más de lo que puede, pero en este momento mi discurso es radicalmente diferente, porque en la situación en que nos encontramos la única solución es inyectar dinero y endeudarse. Si hacen las cuentas verán que lo que les costará para reavivar lo que dejen morir ahora será mucho más que lo que les costaría mantenerlo. La inyección de dinero implica déficit y endeudarse, pero al final nos endeudaremos seguro. La cosa está en decidir cuándo: si te esperas a hacerlo demasiado tarde, tendrás que endeudarte mucho más porque no habrás hecho los deberes. Hay que tener presente que esta es una crisis sanitaria, no es una crisis provocada por la economía como la del 2008. Si tú ahora no dejas morir la economía, a la que acabe la crisis sanitaria esto volverá a arrancar, pero si por el camino te has cargado 20.000 o 30.000 empresas y todos los trabajadores que hay detrás, después costará mucho más remontar.
Esta receta es lo que aconsejan la mayoría de economistas y expertos. ¿Por qué no se hace?
No lo sé. Tengo sospechas. Entiendo que el Estado español está tan endeudado que aumentar la deuda puede comportar medidas más drásticas por parte de la UE y no quieren esto, no quieren visibilizar el estado de la economía española. Y en el ámbito de Cataluña, que no hemos llegado al límite de endeudamiento que podríamos haber llegado este año, también se podría haber hecho mucho mejor, y solo hemos llegado al 0,8 —pudiendo llegar al 1,1—. Ha habido falta de previsión.
Su paso a la presidencia se ha avanzado un par de meses según lo previsto inicialmente debido al salto a la política de Canadell. Pero dada la incertidumbre de la convocatoria de elecciones, ¿cómo queda ahora la cosa?
En el momento en que decidió que entraba como independiente a la lista de Junts, Canadell ya me delegó las funciones de presidencia. Según el órgano tutelar, él no tiene por qué dimitir como presidente en ningún momento, lo que pasa es que es evidente que si está en el Govern, no compaginará los dos cargos. Pero ahora no tomaremos una decisión apresurada hasta que no tengamos claro cuando serán las elecciones. En ningún caso combinará dos puestos de responsabilidad y visibilidad.
Canadell dice que lo que le ha empujado a dar el paso a la política ha sido la ley de cámaras y las dificultades para aprobarla. ¿Qué le hace pensar que entrando en política podrá tirar adelante esta ley? ¿Ha sido un problema de voluntad política?
Hay cosas que dependen de voluntad política, pero necesitan de un acuerdo de todos los miembros de gobierno. Nosotros criticamos el hecho que las cosas pasen tan despacio, y esto no es una carga contra la exconsellera Chacón (tenía la ley de cámaras en su programa electoral), es contra un engranaje que dificulta mucho que las cosas pasen a la velocidad que nosotros, como empresarios, necesitamos. Ahora ha venido una pandemia y, ostras, tardamos muchísimo en reaccionar. Yo entiendo que no se pueden decidir cosas sin acuerdos y demasiado rápido, pero que en un año y medio no se haya podido solucionar la ley de cámaras o ni siquiera un decreto ley, no deja de ser revisable. Por otro lado, a Joan le gusta la velocidad y él piensa que puede acelerar este proceso desde el Govern.
¿Por qué patronales y sindicatos se han puesto de espaldas a esta ley?
No lo entendemos ni nosotros. Creo que hubo un malentendido al principio pensándose que nosotros queríamos ser actores sociales, pero nosotros ya hemos dejado claro que somos actores económicos. Este malentendido se ha ido complicando y probablemente no hemos sabido transmitir bien nuestro mensaje. Supongo que alguien cuando tiene su terreno no le gusta que se lo pisen, a pesar de que nosotros hemos dicho por activa y por pasiva que no estamos pisando el terreno de nadie. Esperamos que ahora que se ha acabado la legislatura sin ley de cámaras, la situación se enfríe y podamos volver a empezar.
Se ha ido complicando hasta el punto que Pimec ha llevado unas declaraciones de Canadell a los tribunales...
Sí, Joan dijo que no había habido un presidente elegido en los últimos veinte años en Pimec, y esto es correcto. Otra cosa es el porqué, quizás porque no había más de una candidatura, podría ser, pero esto ya lo dejo a Pimec para que se expliquen. Nosotros estamos muy tranquilos porque lo que dijo Joan es totalmente cierto.
Volviendo a los inicios de Eines en la Cambra, se os ha criticado mucho que "hacéis política". ¿Creéis que habéis conseguido suavizar los recelos?
Nosotros veníamos a la Cambra para representar el empresariado catalán tal como es, creíamos que teníamos poca representación sobre todo en términos de pymes y autónomos, y hemos puesto toda la dedicación posible. Se nos critica que hacemos política, pero ¿quién no la hace? Política hacemos todos, continuamente. Yo siempre digo que incluso cenando con los hijos hacemos política. Y más en el contexto en el que estamos, de una represión que tenemos en Catalunya que no se veía desde hacía muchos años, y nosotros estamos posicionados a favor del independentismo porque pensamos que es lo mejor para Catalunya a todos los niveles, también para el empresariado. Nosotros no queríamos transformar el empresariado con independentistas, sino que pensábamos que gran parte del empresariado es independentista y lo queríamos visualizar.
¿Y el empresariado es realmente independentista?
Yo estoy convencida de que sí. Evidentemente dentro del empresariado hay diferentes tipos de empresas según el tamaño, o donde tienen la sede, etc. Pero más del 50% del empresariado es independentista.
Los que os lo pusieron más difícil al principio fueron el banquero Carles Tusquets y el abogado Ramon Masià, que intentaron impugnar las elecciones y evitar la investidura. ¿Cómo es la relación con ellos ahora?
Una vez en el pleno, la relación mejoró muchísimo. Tusquets en concreto se integró en una comisión y todo va bastante bien. No tenemos ninguna queja.
¿Y la relación con las sillas de plata como es?
Cuando ganamos, lo primero que hicimos Joan y yo fue ir a ver todas las sillas de plata, y la relación ha sido buena, en general. Por otro lado, a nosotros no nos gusta que en un pleno haya sillas que no sean escogidas de manera democrática. Esto no quiere decir que no tengamos una relación buena y amistosa con ellos.
¿Erradicar el modelo de las sillas de plata es uno de los objetivos de cara los dos años próximos?
Nosotros no podemos eliminarlas porque forman parte de la ley española. Lo que sí que podemos hacer es reducir el número sillas que no se eligen, y es un debate que tenemos. Esto no se tiene que entender como si estuviéramos en contra de las 14 que tenemos actualmente, porque ellas no tienen ninguna culpa de que la ley sea así.