Catalunya continúa su camino hacia la recuperación económica después de la crisis provocada por la pandemia de la Covid. Según las últimas estimaciones publicadas este viernes por el Idescat que recoge la Nota de Conjuntura Econòmica del Departament de Economia, se estima que el PIB de Catalunya creció un 3,4% durante el tercer trimestre de este año en relación con el mismo periodo del año pasado. Con los últimos datos, podemos decir que la economía catalana normaliza su ritmo de crecimiento después del fuerte incremento del 18,3% interanual del segundo trimestre, que se dio porque un año atrás estuvo el confinamiento total y las cifras económicas cayeron estrepitosamente. Si comparamos los datos con el trimestre anterior, vemos cómo el PIB catalán también crece un 0,7%.
Al mismo tiempo, estas estimaciones también confirman que Catalunya va recuperando gradualmente los niveles de actividad previos a la pandemia. Uno de los principales motivos de estos buenos datos es la mejora de la evolución epidemiológica y los altos porcentajes de vacunación, que han permitido revocar la mayor parte de restricciones sanitarias, y eso ha contribuido a restablecer la confianza económica.
Incertidumbre
Ahora bien, desde Economía también alertan que "han aparecido algunos elementos a escala global que pueden ralentizar el ritmo de crecimiento", y ponen el acento en los cuellos de botella en la oferta, que afectan algunos bienes intermedios, materias primas y transporte, provocando problemas de desabastecimiento. Estos desajustes, junto con el alza de los costes energéticos, han hecho que la oferta tenga dificultades para atender una demanda que se está recuperando después de la pandemia.
En este sentido, el Departamento también avisa de que conviene tener presente la incertidumbre del avance del PIB trimestral, ya que hay dificultad para captar las señales coyunturales ante un acontecimiento tan excepcional como la pandemia. Asimismo, para la estimación del PIB del tercer trimestre, avisan de que el Idescat todavía no dispone de algunos de los principales indicadores de actividad de septiembre, en especial, el índice de producción industrial (IPI) o el indicador de actividades del sector servicios (IASS). A todo eso, se añade la complejidad derivada de la valoración de los consumos intermedios, en un contexto de precios al alza de estos inputs.
La industria, la construcción y los servicios siguen creciendo
Uno de los sectores que continúa crecimiento con fuerza es el industrial, que ya recuperó el crecimiento interanual positivo a principios del 2021, durante el segundo trimestre acentuó la expansión (19,7% interanual) y durante el tercer trimestre ha mantenido el crecimiento interanual también es positivo (3,3%), gracias a la recuperación en la demanda interna y al dinamismo en las exportaciones de bienes, que aumentan un 25,7%, interanual hasta agosto y ya superan las cifras prepandemia. Ahora bien, como pasará con la economía en general, el sector también notará en los próximos meses los problemas de abastecimiento y el encarecimiento energético, que pueden debilitar la recuperación.
La construcción, por su parte, ha estabilizado el suyo creciente en un 1,1% interanual. Durante los últimos tres meses el sector ha sufrido una desaceleración por el efecto base, pero en general los indicadores del sector apuntan a una cierta ralentización, en la cual se le junta la problemática del desabastecimiento. Con todo, varios indicadores del mercado inmobiliario siguen mostrando dinamismo, como las ventas de viviendas nuevas y de segunda mano, las cuales han recuperado los valores prepandemia.
El sector que más ha crecido este año es, indiscutiblemente, el de los servicios, que registró una recuperación a raíz del levantamiento de gran parte de las restricciones y la movilización de parte de la demanda embalsada llevarán el segundo trimestre que ha seguido durando el tercer trimestre elevando su crecimiento interanual ha sido de un 5,1%. Así, los servicios se convierten en el sector más dinámico, con un impulso bastante generalizado por subsectores, si bien la recuperación sobre todo ha ganado ritmo en aquellos servicios presenciales que ahora ya no tienen restricciones, como la hostelería o el ocio.