Coincidiendo con la reciente ampliación del Canal de Panamá, una cincuentena de empresas catalanas han viajado a Panamá y a Cuba en busca de oportunidades comerciales para aumentar su peso económico en Centroamérica. La misión comercial que han organizado la agencia para la competitividad de Acció y el Port de Barcelona está capitaneada por el presidente del enclave estratégico, Sixte Cambra, así como por el conseller de Empresa i Coneixement, Jordi Baiget, y el conseller de Territori i Sostenibilitat, Josep Rull. Tanto en Panamá como posteriormente la Habana, los empresarios catalanes mantendrán más de 300 reuniones con empresas locales.
El objetivo principal es exportar la experiencia de éxito logístico y los tejidos empresariales de la capital catalana así como reforzar los vínculos institucionales y empresariales con uno región en auge que ya aglutina 60 millones de personas. Desde la internacionalización en la atracción de inversiones extranjeras, más networking y más conectividad (marítima y terrestre). Según Rull, "Catalunya es una opción seria, solvente, previsible y sólida", mientras que Baiget ha añadido que "hacemos misiones como las de Panamá y Cuba para que más empresas exporten y lo hagan en nuevos mercados".
¿Cuál es el atractivo de Centroamérica?
¿Pero por qué Centroamérica y más concretamente, Panamá y Cuba? "La globalización se sustenta, sobre todo, gracias al transporte vía marítima y el Canal de Panamá es un eje básico", ha asegurado el conseller de Empresa justo después de visitar la ampliación de la vía de navegación interoceánica entre el Atlántico y el Pacífico desde donde también se atrae los tráficos de mercancías que vienen del Caribe y la costa este de Norte-américa. Una ubicación estratégica que "abre muchas posibilidades" para las empresas catalanas, ya que según Baiget, "se trata de unos países que tienen pocos servicios, poca industria y lo importan prácticamente todo, por lo tanto, tenemos que estar presentes y aumentar nuestra influencia y peso económico".
En este sentido, Rull ha destacado que el Port de Barcelona en tanto que "punto de parada intermedia entre el Canal de Suez" permite la conexión y comunicación entre Asia y Europa. Y en la misma línea que Baiget, el conseller de Territori considera que esta misión comercial puede servir para "poner en valor la importancia estratégica de Catalunya y buscar nuevas oportunidades".
"El Port de Barcelona és el puerto de orígen más competitivo para las importaciones procedentes de Europa (hacia Panamá) y el puerto con una productividad más elevada, tecnológicamente más avanzada, con mejor calidad de servicios y plataformas de numerosos centros de distribución de grandes corporaciones", ha asegurado el presidente del Port. También ha remarcado el marco jurídico estable y el hub logístico de Panamá, así como el gran polo de producción, comercio y distribución logística de Cuba en donde se espera que lleguen 4 millones de turistas por año. Así pues, "sabemos por experiencia que después de los viajes comerciales, se produce un incremento significativo en los intercambios entre el enclave y el país visitado", ha añadido Cambra en un escrito en el diario del Puerto.
La ampliación del Canal de Panamá
La ampliación del Canal de Panamá quedó oficialmente inaugurada el pasado 26 de junio después de casi siete años de obras y la participación de 40.000 trabajadores de 79 nacionalidades diferentes. La obra de ingeniería construida por el Grupo Unidos por el Canal (GUPC) y liderada por la empresa española Sacyr, permite ahora el paso de embarcaciones de gran envergadura de hasta 14.500 contenedores unas dimensiones de 427 metros de largo y 55 de ancho.
A modo de comparación, el jefe de obra Electromecánica para la expansión del Canal, Sergi Ametller, ha explicado que la cantidad de hormigón utilizada equivale a dos pirámides de Keops mientras que el acero de refuerzo es equiparable a 27 torres Eiffel. Una vez hecha la reforma, los barcos pueden tardar entre 10 y 12 horas en cruzar todo el Canal de Panamá, teniendo además en cuenta que cada año llegan a circular por esta vía de navegación hasta 14.000 naves. Y además, también un poco más de sostenibilidad. "Las nuevas reclusas permiten que se consuma un 7% menos de agua en cada operación", ha concluido Ametller.