Catalunya sigue recuperándose de la covid y lo hace con un muy buen segundo trimestre en el cual ha remontado su PIB un 1,5%, un incremento más intenso que en el primer trimestre (0,3%), y superior al experimentado en el conjunto de la economía española (1,1%) y de la zona euro (0,7%), según ha publicado este lunes el Departamento de Economía y Hacienda a la Nota de Coyuntura Económica. Este avance de la actividad, apunta al Departamento, representa una mejora significativa, que permite consolidar la recuperación y seguir cerrando la brecha respecto de la situación prepandemia. De hecho, con estos datos podemos ver cómo el segundo trimestre el PIB catalán ya es solo un 1,1% inferior al del cuarto trimestre del 2019, el último completo sin presencia de restricciones por la Covid.
Si miramos los datos catalanes en clave interanual, la economía catalana avanza un 4,8%, otra vez por encima del conjunto de la zona euro (un 4,0%) y de países del entorno como Francia (4,2%) o Italia (4,6%), mientras que el crecimiento interanual de la economía española es del 6,3%. De hecho, esta diferencia con la economía española se explica por los fuertes crecimientos del PIB catalán y de la zona euro ahora hace un año, en el segundo trimestre del 2021, en que la economía catalana creció un 3,3% intertrimestral y la zona euro un 2,1%, mientras que la economía española lo hizo solo un 1,1%. Eso ha provocado que el incremento interanual sea más suave porque se parte de una base superior.
Hay que recordar que a pesar de este crecimiento del 1,5%, durante los últimos meses ha habido muchos factores perjudiciales a la economía y que han impactado negativamente en la actividad del país como el aumento de la inflación hasta máximos de las últimas décadas, la guerra en Ucrania y los temores a una nueva recesión, creando, prácticamente, una tormenta perfecta para desestabilizar la economía. Sin embargo, la desaparición de las restricciones sanitarias, después de dos años de pandemia, ha sido un factor de impulso que ha permitido mantener la recuperación económica y que, hasta el momento, ha contrarrestado los factores de incertidumbre. Este refuerzo de la actividad económica llega, a Catalunya, a través del dinamismo y las mejoras en el mercado de trabajo, el impulso del turismo extranjero, el crecimiento del consumo y el apoyo de la política fiscal, ahora bien todavía hay riesgos a la baja relacionados con las tensiones geopolíticas, monetarias y energéticas que pueden rebajar el ritmo de la recuperación durante la segunda mitad del año.
El sector servicios, al frente del crecimiento
El sector de servicios ha sido una de las principales palancas de recuperación de la economía catalana. Este camino de crecimiento empezó el segundo trimestre del 2021, justo ahora hace un año, y en los trimestres siguientes la mejora se ha ido reforzando, de hecho ya se ha consolidado como la principal fuente de crecimiento de la economía catalana, con un avance interanual del 7,0%. El dinamismo de los servicios se extiende de manera generalizada por ramas de actividad, y en especial, se ha visto impulsado por la mejora del turismo extranjero y la buena evolución de servicios como la hostelería, el ocio, las actividades tecnológicas y los servicios empresariales. Volviendo al turismo internacional, se mantiene en una clara tendencia de mejora a lo largo del 2022 y durante el segundo trimestre de este año las pernoctaciones de turistas extranjeros solo se han situado un 18,2% por debajo de las que se registraron el segundo trimestre del 2019, una cifra que mejora sustancialmente los registros del primer trimestre, cuando se situaron un 35,3% por debajo del mismo periodo del 2019).
Con respecto al resto de sectores de la economía catalana, también muestran una clara tendencia al alza, pero uno de los que más ha sufrido ha sido el sector industrial, por ejemplo, empezó a ralentizar la recuperación durante la segunda mitad del 2021, en buena parte por los problemas a escala global de cuellos de botella en determinantes componentes y también por el aumento de los precios de la energía y de las materias primas. Además, el encarecimiento de los consumos intermedios ha presionado el VAB de muchas actividades industriales a la baja, una situación que se ha acentuado en la primera mitad del 2022. Durante el segundo trimestre el avance del VAB industrial se ha mantenido en negativo (-1,5% interanual). La evolución es bastante heterogénea por ramas de actividades, de manera que las actividades más afectadas por las cuestiones de aprovisionamiento, como la producción de material de transporte, o más intensivas en energía son las que muestran una dinámica más negativa, mientras que otras ramas industriales, como la fabricación de maquinaria y equipos mecánicos, y la farmacéutica, experimentan una evolución favorable.
El sector de la construcción también acusa el encarecimiento de los costes de producción y los problemas de aprovisionamiento, y modera su crecimiento hasta el 0,5 interanual. No obstante, otros indicadores de la construcción mantienen un tono bastante positivo, como el consumo de cemento y la afiliación. Hay que destacar en particular la aceleración en la licitación de obra pública hasta los valores más altos desde el 2010 gracias a los fondos Next Generation EU. El sector agrario encadena tres trimestres con avances interanuales negativos del VAB, y también acusa el encarecimiento de los consumos intermedios (tanto de las materias primas agrícolas como de la energía). Su VAB acentúa la caída hasta el 1,6%.
La inflación, el principal problema para Catalunya
Ahora bien, una de las principales dificultades para la economía del país es, sin duda, la tasa de la inflación, que el junio pasado se colocó en el 9,7%. De hecho, el conseller de Economia, Jaume Giró, ya ha dicho en repetidas ocasiones que es el principal problema para la economía catalana. Los precios de la energía y de las materias primas explican gran parte del alza en la inflación a Catalunya, aunque se observa un contagio gradual cabe en el resto de productos. Así, la inflación subyacente de junio llega al 5,2% interanual, con un incremento de precios importando en el grupo de la alimentación elaborada. El grupo más inflacionista es el del transporte (19,3% interanual), pero también hay que destacar el grupo de gastos de vivienda (17,8%), que incluye los suministros, con una inflación interanual del 34,6%. Aparte de estos dos grupos, muy vinculados a la energía, destaca el grupo de los alimentos, con una inflación interanual del 11,0 %. Por su parte, el Índice de precios industriales (IPRI) crece un 28,8% interanual, pero el crecimiento se ha estabilizado los tres últimos meses y podría haber tocado techo.
Otro de los buenos factores para la economía catalana ha sido el empleo, que ha continuado con unos resultados muy positivos. La afiliación en la Seguridad Social ha marcado un nuevo récord en el total de afiliados, y ha acelerado el crecimiento hasta un 4,8% interanual. En junio se ha llegado a 3.605.294 afiliaciones. El empleo según la EPA también acentúa el crecimiento hasta un 3,0% interanual y ya supera en un 1,2% el volumen de empleo prepandemia. La reforma laboral conduce a un crecimiento intenso de la población ocupada con contrato indefinido (7,8% interanual), y a un retroceso del empleo temporal (-11,5%). La tasa de temporalidad (17,8%) es tres puntos por debajo que hace un año. La tasa de paro baja hasta un 9,3% el segundo trimestre, el valor más bajo desde el año 2008. La tasa de paro en España baja hasta un 12,5%, mientras que en la zona euro se situaba en un 6,6% en mayo.