El Cercle d'Economia se ha apresurado a desmentir la crisis interna y el descontentamiento con su presidente, Javier Faus, que apuntaba ayer La Vanguardia. La entidad, en medio de la crisis del coronavirus, ha enviado un comunicado aseverando que la Junta Directiva del Cercle da "apoyo unánime" a Faus y ratifica el programa de renovación aprobado en noviembre. Un cierre de filas que llega justo al momento de las preguntas incómodas.
En más, desde el Círculo desmienten también que el antecesor de Faus, Juan José Brugera, y otros expresidentes, pidieran al actual líder su dimisión. De hecho, la elección de Javier Faus al frente del Cercle se produjo ahora hará un año, y las malas lenguas apuntaban a un descontento por parte de la junta directiva. Con todo, la junta se reunió ayer martes por la tarde por segundo día consecutivo ante las informaciones de la prensa para acordar un apoyo "unánime" a Faus a cambio de cambiar el rumbo de la dirección, según apunta hoy en LV.
Y es que es un momento complicado para entrar en crisis internas. "Nos encontramos ante una coyuntura excepcional derivada de la pandemia de la Covid-19, y la convulsión socioeconómica que se está produciendo a todos los niveles. El Cercle de Economía, consciente de su responsabilidad en el actual contexto, tiene la firme voluntad de proseguir su tarea con la pluralidad de ideas y cohesión interna que lo han caracterizado en toda su historia", explican desde la entidad.
Pero a pesar de la contundencia del Cercle de cerrar filas con el actual presidente de la entidad, no es la primera vez que suenan campanas sobre uno cierto malestar dentro de la junta directiva del grupo, formado por 22 personalidades influyentes del mundo económico y empresarial catalán. La decisión de Faus de trasladar a Barcelona las jornadas anuales del Cercle tradicionalmente celebradas en Sitges fue un fuerte golpe que no gustó tampoco aparte de los socios que, además, piensan que el club está quedando "banalizado" y está perdiendo relevancia.
Las críticas se definen también en la dirección de una dirección personalista por parte de Faus, y se le ha llegado a reprochar que a menudo haga referencias negativas hacia la gestión pasada o el desprecio del legado histórico.