Empeoramos. La cifra de mujeres directivas en Catalunya ha caído después de la pandemia: solo son el 14%. Es decir, el efecto positivo que tuvo la pandemia de la covid-19 en la igualdad en las empresas a la hora de favorecer la conciliación de la vida laboral y familiar se ha desvanecido por completo. Esto es así hasta el punto que la presencia de mujeres en cargos directivos por toda España ha retrocedido hasta situarse en el 16,8%, dos puntos menos que el 2021. Los datos catalanes siguen la tendencia del conjunto del Estado, de acuerdo con el estudio presentado este miércoles por el grupo ICSA y la escuela de negocios EADA.

El informe Brecha salarial y presencia de la mujer en puestos directivos 2022, que analiza más de 80.000 salarios, también revela cómo las mujeres directivas en el estado español cobran un 13,1% menos de media que sus homólogos masculinos. Concretamente, las directivas cobran una media de 77.928 euros brutos anuales, mientras que los directivos reciben 88.129 euros brutos anuales por término medio. La brecha salarial se incrementa en Catalunya hasta el 17,7% en los cargos directivos. Eso significa que "por cada cien euros que gana una mujer en un puesto directivo, un hombre gana 113,1 euros", ha subrayado la socia-directora del área de consultoría de ICSA, Indry Canchila, que ha presentado el estudio en línea desde de Orlando (Estados Unidos).

Gráfico sobre la evolución de diferencias retributivas y nivel de presencia directiva / ICSA y EADA Business School

El estudio, que llega a su edición número 16, alerta de que las empresas españolas no han aprovechado los cambios tecnológicos y de organización de trabajo que emergieron en el 2020, de la mano de la covid-19, para implantar sistemas que faciliten la presencia de mujeres en los puestos directivos e igualar sus salarios. "La covid nos demostró que mediante las diferentes herramientas de digitalización podíamos modernizarnos. Estamos retrocediendo en los modelos de antes de la covid", ha explicado Canchila. "La cuota femenina se ve afectada drásticamente", ha opinado. En este sentido, ha criticado que "no hemos aprendido nada". "No se ha aprovechado la digitalización que ha traído la covid-19 para equilibrar la presencia femenina en las empresas. Continúa el presencialismo absoluto como norma", ha afirmado.

La consultora ha lamentado que las posiciones en el ámbito directivo están "muy masculinizadas" y que es una tendencia que no se ha roto, de manera que ha apuntado que se debe en la falta de conciliación entre la vida profesional y personal en los puestos directivos. Al fin y al cabo se explica por "diferente causas", de acuerdo con el informe. "No es sencillamente que no tengamos mujeres con talento. De hecho, tenemos mujeres con más talento y más formadas que los hombres", ha defendido la profesora e investigadora de la escuela de negocios EADA, Aline Masuda. De hecho, el estudio indica que si se analiza el grado de formación de los cargos directivos del Estado, hay más mujeres con estudios universitarios (47,8%) que hombres (44,9%). La tendencia coincide a la hora de analizar si tienen algún máster o posgrado.

Conciliación e inflexibilidad

Canchila ha añadido que existe "una falsa conciencia de lo que es la igualdad" y que, después de una mejora pasajera, "volvemos a los modelos antiguos, no sabemos conciliar y por eso dejamos a la mujer fuera". La realidad que se vive en la empresa no tiene nada que ver con la de los centros de estudios que forman a los directivos, dónde la presencia de mujeres y hombres está muy igualada, con más mujeres en el cómputo total.

Masuda atribuye el retroceso a la presencia de mujeres en posiciones directas al hecho de que, después de valorar los beneficios de la conciliación durante la pandemia, estas profesionales han acabado por renunciar cuando se ha devuelto a la inflexibilidad horaria. "En España es necesario un cambio. Se está penalizando la maternidad, pero no la paternidad. Hace falta innovación. Ir hacia los puestos de dirección compartidos y a potenciar porque se ha visto que el teletrabajo tampoco es una panacea porque se acaban trabajando más horas", ha dicho.

Presencialismo y teletrabajo

El problema es que las posiciones con menos presencia femenina están "diseñadas para el presencialismo y exigen la disponibilidad las 24 horas los siete días de la semana", según Canchila. Ha explicado que no se ha aprovechado la oportunidad de digitalización que ha ofrecido la pandemia y que son puestos "poco adaptables, obsoletos, poco flexibles y que no permiten la integración de la mujer entre la vida personal y profesional". Masuda ha insistido en que los cargos directivos siguen siendo incompatibles con la conciliación, recordado que el teletrabajo "no es la panacea" y que es necesario un cambio cultural a largo plazo.

"Hace falta renovar e innovar en los cargos directivos", ha propuesto Masuda. Así, ha asegurado que hay que cambiar el diseño de estos cargos con el fin de incrementar el número de mujeres. "Nuestros alumnos de EADA no quieren sacrificar su vida personal por una empresa", ha dicho. En este sentido, se ha mostrado crítica con la idea de un "superhombre" o una "supermujer". "Los niveles de estrés de los cargos directivos tampoco es demasiado sano", ha concluido.